jueves, 18 de enero de 2024

Escritores y artistas palestinos asesinados en Gaza por Israel

 


El asesinato de figuras relevantes de la cultura palestina fue desde la creación del Estado de Israel uno de los objetivos de los sionistas. Es el caso de Ghassan Kanafani (1936-1972), autor de las novelas Hombres al sol (1963), Lo que nos queda (1966), Umm Sa'd (1969) y Retorno a Haifa (1970); de las obras de teatro La puerta (1964), El sombrero y el profeta (1973) y Puente hacia la eternidad (1978), así como de varias recopilaciones de cuentos: Muerte en una cama (1961), La tierra de las naranjas tristes (1963), Un mundo que no es nuestro (1965), Sobre hombres y rifles (1968) y La camisa robada y otras historias (1982). Sin olvidar sus ensayos: Literatura de Resistencia en Palestina ocupada (1966) y Sobre la literatura sionista (1967).

Fue asesinado por el Mosad, los servicios secretos israelíes, mediante un coche bomba el 8 de julio de 1972. Con él asesinaron también a su sobrina Lamis, que lo acompañaba.

 

Otro caso fue el del gran dibujante palestino Naji Al Ali (1936-1987), asesinado cuando vivía exiliado en


Londres. Al Ali publicó tres libros: en 1976, 1983 y 1985. Presidió la Liga de Dibujantes Árabes a partir de 1979 y este mismo año y el siguiente recibió el primer premio de la Unión de Periodistas Árabes durante sendas exposiciones en Damasco.

Galardonado póstumamente con la Pluma de Oro de la Federación Internacional de Editores de Prensa -FIEJ, por sus siglas en inglés-, que lo describió como uno de los mejores dibujantes desde el siglo XVIII, su repercusión trascendió las fronteras de Palestina, El Líbano y el mundo árabe.

 

 

 

No hace mucho, la comunidad artística de Gaza era una parte vital de la sociedad palestina y un reflejo vibrante de su resiliencia; hoy lucha por existir: el ataque genocida de Israel acabó con una generación de artistas de la Franja de Gaza. El Ministerio de Cultura palestino ha revelado que el brutal e indiscriminado bombardeo israelí de la Franja de Gaza ha provocado la muerte de 28 artistas, intelectuales y autores palestinos desde el 7 de octubre de 2023. El informe destacó el profundo impacto del ataque israelí en el tejido cultural de Gaza y destacó la gravedad de la situación actual. Aquí añadimos a algunos destacados artistas y creadores palestinos asesinados por Israel desde el 7 de octubre que se suman a Refaat Alareer.

 

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La pintora de Gaza Heba Zaqout retratada ante uno de sus cuadros antes de ser asesinada junto con su hijo por el ejército israelí.

Heba Zaqout, 39 años, artista visual y profesora de bellas artes, fue asesinada el 13 de octubre junto con su hijo. Era licenciada en Bellas Artes por la Universidad Al-Aqsa de Gaza. Muchas de sus pinturas fueron realizadas en acrílico y representaban a mujeres, la patria palestina y la naturaleza. Sus pinturas enfatizaban la identidad y existencia palestina, con paisajes brillantes y alegres, a menudo llenos de mezquitas e iglesias, alminares y cúpulas.

 

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Heba Abu Nada, escritora de Gaza, asesinada por un bombardeo del ejército israelí el 20 de octubre de 2023.

Heba Abu Nada, 32 años, poeta y profesora, murió, también junto con su hijo, durante un ataque aéreo israelí en Khan Younis el 20 de octubre. Su novela El oxígeno no es para los muertos obtuvo el segundo lugar en el Premio Sharjah a la Creatividad Árabe en 2017 con su novela El oxígeno no es para los muertos. En su último tuit publicado el 8 de octubre, escribió en árabe: «La noche en la ciudad es oscura, excepto por el brillo de los misiles; silenciosa, excepto por el sonido del bombardeo; aterradora, excepto por la promesa tranquilizadora de la oración; negra, excepto por la luz de los mártires. Buenas noches». Y dejó este mensaje:«Si morimos, sepan que estamos satisfechos y firmes, y digan al mundo, en nuestro nombre, que somos personas justas/del lado de la verdad».

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Omar Fares Abu Shawis, escritor de Gaza asesinado en el campo de refugiados de Nuseirat por el ejército israelí.

Omar Fares Abu Shawish, 36 años, poeta, novelista y activista social, fue asesinado el 7 de octubre durante el bombardeo del campo de refugiados de Nuseirat en Gaza, donde nació y vivió, después de que su familia fuera expulsada de Barqa en mayo de 1948. Licenciado en periodismo, era miembro de la Unión General de Escritores Palestinos. Abu Shawish era muy conocido por su interés en el mundo de la juventud, había participado en la creación de varias asociaciones juveniles y había recibido varios premios locales e internacionales. Como testimonio de su influencia, el Consejo de la Juventud Árabe para el Desarrollo Integral, de la Liga de Estados Árabes (LAS), le otorgó el premio Juventud Árabe Distinguida en el Campo de los Medios, el Periodismo y la Cultura en 2013. Las contribuciones literarias de Abu Shawish son también importantes: ha publicado varias colecciones de poesía y una novela titulada “‘Alā qayd al-mawt” en 2016.

 

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Inas Saqqa, actriz y profesora de teatro, asesinada junto con sus hijos Leen, Sara e Ibrahim el 31 de octubre de 2023 por el ejército israelí.

Inas Saqqa fue una reconocida actriz, dramaturga y profesora, especializada en teatro infantil. Murió en un ataque aéreo israelí a finales de octubre junto con tres de sus hijos, Sara, Leen e Ibrahim. Saqqa fue una de las figuras más influyentes e importantes de la escena teatral de Gaza y de las artes creativas para niños en la Franja, organizando numerosos talleres de teatro de verano para jóvenes.
También fue una actriz de talento: las contribuciones de Saqqa al cine incluyen sus papeles en dos películas Sara y The Homeland’s Sparrow en 2014.
Sara aborda el crimen de honor y The Homeland’s Sparrow se centra en la lucha palestina entre la Nakba (Catástrofe) de 1948 y la ocupación israelí de Cisjordania y la Franja de Gaza en 1967. Además de su trabajo como actriz, era conocida por sus contribuciones culturales y su cooperación con muchas compañías de teatro en la Franja de Gaza. También participó en la escritura y producción de varias obras de teatro, entre ellas El oso, Las mujeres de Gaza y la paciencia de Ayoub y Todo está bien.

 

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Yousef Dawas, asesinado el 14 de octubre de 2023 junto con otros miembros de su familia al ser bombardeado su domicilio por el ejército israelí.

Yousef Dawas, músico, escritor, periodista y fotógrafo palestino, de 20 años murió el 14 de octubre en un ataque aéreo israelí contra la casa de su familia en el norte de Gaza. Yousef Dawas hablaba con fluidez árabe e inglés, tanto escrito como hablado, escribía artículos que cubrían una amplia gama de temas y había rodado vídeos cortos sobre sus aspiraciones a viajar y ver mundo –aunque en un vídeo subrayó que soñaba con visitar otras ciudades y pueblos palestinos en lugar de destinos lejanos en el extranjero– antes de que Israel acabara con su vida y sus sueños.

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El joven artista Mohammed Qraiqea, asesinado a los 24 años por el ejército israelí junto a 500 refugiados más en el hospital Al-Ahli.

Mohammed Sami Qraiqea, de 24 años, diseñador, artista, fotógrafo, voluntario y activista, asesinado el 17 de octubre. Es una de las alrededor de 500 víctimas del bombardeo del hospital árabe Al-Ahli, que albergaba a miles de civiles. Incluso en sus últimos días junto a otras personas que buscaban refugio en los terrenos del hospital, Qraiqea se esforzó por aliviar el terror y la ansiedad que consumían a los niños y heridos del hospital, utilizando sus habilidades artísticas y contagiosa energía, lo que llamó “intentar dar primeros auxilios psicológicos a niños y familias”. En un videoclip de una de sus últimas publicaciones en Instagram, se le ve en el centro de un círculo de niños en el patio del Hospital Al-Ahli, entreteniéndolos para distraerlos del estrés psicológico y el trauma a los que estaban sometidos.

 

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Nooraldeen Hajjaj, joven escritor asesinado por un bombardeo del ejército israelí sobre su casa de Shujaiya.

El 2 de diciembre, el joven escritor Nooraldeen Hajjaj, de 27 años, fue asesinado durante un ataque aéreo israelí contra su casa en el barrio de Shujaiya. Había compuesto la obra Los Grises en 2022 y la novela Alas que no vuelan en 2021. También participó activamente en iniciativas como la asociación Córdoba y la fundación Jornadas de Teatro. Su último mensaje al mundo exterior fue: «Mi nombre es Nour al Din Hajjaj, soy un escritor palestino, tengo veintisiete años y muchos sueños. No soy un número y no consiento que mi muerte sea una noticia pasajera. Di también que amo la vida, la felicidad, la libertad, la risa de los niños, el mar, el café, la escritura, Fairouz [cantante libanesa], todo lo que es alegre, aunque todo eso desaparezca en el espacio de un momento”.

 

 

lunes, 15 de enero de 2024

 


El 15 de enero de 2024, cuarenta días después de que el poeta, editor y educador palestino Refaat Alareer muriera bajo los bombardeos israelíes, convocamos un Día Mundial de Acción, seguido de una semana de actos, en los que leeremos su poesía en público y nos negaremos a seguir como hasta ahora, exigiendo el fin del genocidio y la Ocupación.

A finales de noviembre y principios de diciembre, durante la Semana Leer Palestina, Editores por Palestina hizo un llamamiento a la gente de todo el mundo para que leyera obras sobre Palestina y de escritorxs palestinxs. Ahora, pedimos a todo el mundo que salga a la calle y haga de la lectura un acto de protesta.

El 15 de enero, lectorxs de todo el mundo rendirán homenaje a la vida, obra y resistencia de Refaat Alareer (1979-2023) y otrxs escritorxs palestinxs silenciadxs y asesinados por Israel. Cuarenta días después de la muerte de Refaat, personas de todo el mundo recitarán en público uno de sus poemas. La lectura puede ser en tu lugar de trabajo, en tu colegio, en el centro comercial, en el autobús o en la calle. Lee en grupo o en manifestación. Interrumpe la actividad habitual. Graba y comparte tu lectura en las redes sociales. Amplifica las voces palestinas mientras trabajamos para acabar con el genocidio, poner fin a la Ocupación y liberar Palestina. Niégate a que te silencien. #LeePorRefaat, #LeePalestina, #LeeYResiste, #LetItBeATale, #librosconpalestina y #libroscontralaguerra

¿Quién era Refaat Alareer?

Refaat Alareer (1979-2023) fue un poeta, profesor y activista palestino que murió en un bombardeo israelí el 6 diciembre de 2023. Su poema «Si he de morir» se ha traducido a decenas de idiomas y se ha leído en todo el mundo para conmemorar su vida y su memoria y como acto de indignación y resistencia contra el intento de extinguir la vida palestina. Su poesía y su amor por el lenguaje nos imploran que sigamos luchando por una Palestina libre.

Si tengo que morir,

tú tienes que vivir

para contar mi historia

para vender mis cosas

y comprar un pedazo de tela

y algunos hilos

(que sea blanca y con una larga cola)

para que un niño, en algún lugar de Gaza

mientras mira al cielo

esperando a su padre,

que se fue en una explosión

–y no se despidió de nadie

ni siquiera de su carne

ni siquiera de sí mismo–

vea la cometa, la cometa que hiciste,

volando allá arriba

y piense por un momento que es un ángel,

un ángel que le trae amor.

Si tengo que morir

que eso traiga esperanza

que se convierta en un cuento.

viernes, 12 de enero de 2024

Declaración de ciudadanos Israelíes contra el Apartheid tras la audiencia de la Corte Internacional de Justicia de la haya

 

Declaración de ciudadanos Israelíes contra el Apartheid tras la audiencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya


En este día histórico de la audiencia de la Corte Internacional de Justicia sobre Sudáfrica contra Israel, Israelíes contra el Apartheid deseamos expresar nuestra gratitud y apoyo al llamamiento de Sudáfrica para detener el genocidio en Gaza.


En los últimos meses hemos sido testigos y alertados sobre las intenciones y acciones genocidas de nuestro gobierno. En el pasado, y recientemente, hemos pedido una intervención internacional en defensa de la población palestina y tenemos la esperanza de que este sea un primer paso para lograrlo. También estamos muy preocupados por otros crímenes de guerra que se están perpetrando contra la población palestina, no sólo en Gaza sino también en Cisjordania.


Israel, al igual que los perpetradores de otros genocidios históricos, ha desarrollado una cultura de discurso deshumanizador para racionalizar y justificar sus acciones genocidas junto con llamados a una limpieza étnica y una recolonización de Gaza.


Además, los ciudadanos israelíes que se oponen a la actual guerra genocida en Gaza están sufriendo una persecución política sin precedentes, como graves limitaciones de su derecho a protestar, detenciones violentas, pérdida de empleos y amenazas de muerte por parte de militantes de derecha. La situación es crítica. El Estado israelí de apartheid se está transformando en un régimen fascista a gran escala. Soldados y ciudadanos armados deambulan por el país, entendiendo que no hay límite a lo que se les permite hacer en defensa de la supremacía y el gobierno judíos.


El uso masivo de "bombas tontas" contra todos los habitantes de Gaza, el desplazamiento de la población de Gaza, la negativa a detener la guerra, sin importar el precio, y las prácticas militares que ponen en peligro a los cautivos restantes, muestran que los dos objetivos declarados del La guerra (desmantelar Hamás y traer de vuelta a casa a los secuestrados) no son los objetivos del gabinete. Estamos convencidos de que el objetivo político y militar israelí es limpiar Gaza de su población palestina mediante la muerte y la expulsión.


Es imperativo poner fin de inmediato al ataque genocida de Israel. También es la única esperanza de liberar a los rehenes israelíes supervivientes retenidos en Gaza. También deben ser liberados incondicionalmente los rehenes palestinos, los presos políticos, incluidos los niños presos y cientos de prisioneros retenidos sin cargos por Israel.


Como israelíes de origen judío insistimos: ¡Nunca más, por nadie!


Es esencial impedir que Israel lleve a cabo su plan declarado para completar la Nakba que comenzó en 1948. Sólo entonces podremos comenzar a desmantelar el apartheid israelí, restaurar los derechos de la población indígena palestina, incluida la implementación del derecho al retorno, reconocido en la resolución 194 de la ONU, y comenzar a co-crear una Palestina descolonizada donde todos los ciudadanos tendrán los mismos derechos independientemente de su fe, su grupo étnico o su identidad nacional.

Tel Aviv, 11 de enero de 2024

Israelis Against Apartheid

For more information: +970 595 300 540


11/1/2024 Israelis Against Apartheid Statement following ICJ Hearing


On this historic day of the International Court of Justice hearing of South Africa v. Israel, Israelis Against Apartheid would like to express our gratitude and support for South Africa’s appeal to stop the genocide in Gaza.


In recent months we have witnessed and alerted about the genocidal intent and genocidal actions of our government. We have in the past, and recently, called for international intervention in defense of The Palestinian population and are hopeful this is a first step to achieve that. We are also greatly concerned about other ongoing war crimes that are being carried against the Palestinian population, not only in Gaza but also in the West Bank.


Israel, like perpetrators of other historic genocides, has developed a culture of a dehumanizing discourse to rationalize and justify their genocidal actions alongside calls to ethnically cleanse and recolonize Gaza.


Furthermore, Israeli citizens who are opposing the current genocidal war on Gaza are suffering unprecedented political persecution, such as severe limitations of their right to protest, violent arrests, loss of jobs and death threats from right wing militants. The situation is critical. The Israeli Apartheid state is transforming to a full scale fascist regime. Soldiers and armed citizens are roaming the country, with an understanding that there is no limit to what they are permitted to do in defense of Jewish supremacy and jewish rule.


The massive use of “dumb bombs'' targeting everyone in Gaza, the displacement of the Gazan population, the refusal to stop the war, no matter the price, and military practices that endanger the remaining captives, show that the two declared aims of the war - dismantling Hamas and bringing the abducted back home - are not the cabinet's goals. We are convinced that the Israeli political and military objective is to cleanse Gaza of its Palestinian population through death and expulsion.


An immediate halt of Israel’s genocidal assault is imperative. It is also the only hope of freeing the surviving Israeli hostages held in Gaza. Palestinian hostages, political prisoners, including child prisoners and hundreds of prisoners held without charges by Israel, must also be unconditionally freed.


As Israelis of Jewish origin we insist: Never again, for anyone!


It is essential to prevent Israel from carrying out its declared plan to complete the Nakba that it began in 1948. Only then can we begin to dismantle Israeli apartheid, restore the rights of the Palestinian indigenous population, including the implementation of the right of return, recognized in UN resolution 194, and begin to co-create a decolonized Palestine where all citizens will have equal rights regardless of their faith, their ethnic group or their national identity.


Israelis Against Apartheid

For more information: +970 595 300 540

Vídeos subtitulados sobre Palestina

jueves, 28 de diciembre de 2023

GAZA LUCHA POR LA LIBERTAD, DE ABBY MARTIN



 

Recomendamos este documental de la periodista, documentalista y artista estadounidense Abby Martin, rodado antes de la actual destrucción de Gaza y operación de expulsión y exterminio contra su población. 

Vídeos subtitulados sobre Palestina

 

martes, 26 de diciembre de 2023

Judith Butler: fragmentos de su conferencia de 7 de febrero de 2013 en el Brooklyn College sobre Palestina y el movimiento BDS

 

Entre los escritores y políticos que han manifestado su apoyo al movimiento BDS de Boicot, Desinversiones y Sanciones al Estado de Israel sobresale la filósofa estadounidense de origen judío Judith Butler, de la que recogemos algunos fragmentos de su intervención con Murid Barghouti en el Brooklyn College, conferencia que provocó una gran polémica en los medios universitarios norteamericanos debido a las presiones del lobby proisraelí para que se suspendiera.


Entonces comencé a tomar conciencia y poco a poco me fui convenciendo de que la fundación de Israel se basaba en un crimen contra los palestinos. Después siguieron otros crímenes. La opresión de los

palestinos —que perdieron sus tierras, cuya vida cotidiana se ve perturbada por la ocupación, que siguen viviendo hoy en un estado de depresión permanente— es algo de lo que debemos ocuparnos.

La opresión existe en todo el mundo, pero hay cierto número de cosas que hacen que el conflicto israelo-palestino sea especial. En primer lugar, Israel se presenta ante el mundo como una democracia, un país similar a cualquier otro Estado occidental, cuando de hecho está cometiendo crímenes contra la humanidad. Ha creado un Estado que está dividido según criterios raciales, como el régimen del apartheid en Sudáfrica. Europa y los Estados Unidos lo sostienen en el plano militar y financiero. Hay por tanto una enorme hipocresía: ayudamos a un país que dice ser una democracia, le apoyamos de todas las maneras posibles, y eso que está implicado en crímenes contra la humanidad. ...

La Ley del Retorno israelí se extiende a todos los judíos que viven en la diáspora, lo que significa que si no fuera por mis ideas políticas también yo sería candidata a convertirme en ciudadana de ese Estado. En paralelo, a los palestinos que solicitan el derecho al retorno se les niega. Quienes sostienen que es porque debe preservarse «la superioridad demográfica judía» tienen que preguntarse si eso no es incompatible con los principios democráticos. Si la respuesta es que «los judíos solo estarán seguros si conservan su condición de mayoría», habrá que recordarles que un Estado que se afana por mantener dentro de sus fronteras a un grupo en permanente situación de minoría privada de derechos, que rechaza ofrecer una reparación o el retorno a la población expulsada de sus tierras y hogares, que subyuga a más de 4 millones de personas bajo ocupación sin derecho a desplazarse ni garantías legales ni autodeterminación política, y que a otros 1,6 millones les somete a estado de sitio en Gaza, bajo racionamiento, administrando el desempleo, bloqueando los materiales de construcción para reconstruir las viviendas y las instituciones bombardeadas, aumentando su vulnerabilidad con bombardeos indiscriminados que ocasionan daños y muerte generalizados, habrá que recordarles que cualquier Estado que actúe así engendra un movimiento de rechazo.

Otra de las objeciones que se nos ha planteado es que con el BDS viene un segundo holocausto. Hay que tener mucho cuidado a la hora de usar así el Holocausto, porque convertir el término en un arma para estigmatizar la disidencia política deshonra la memoria de más de 6 millones de judíos y otros 4 millones de gitanos, homosexuales, personas discapacitadas, comunistas y enfermos físicos y mentales masacrados. Judíos o no, debemos mantener intacta y viva esa memoria histórica, y rechazar tanto el revisionismo como que se explote políticamente. No se puede explotar ni reavivar el trauma de las atrocidades de Hitler para acusar y silenciar a quienes sostienen opiniones políticas diferentes, incluyendo las críticas legítimas al Estado de Israel. Tales prácticas no solo instrumentalizan y degradan la memoria del genocidio nazi, sino que contribuyen a que se generalice cierto cinismo cuando surgen acusaciones de antisemitismo y posibles premoniciones de un nuevo genocidio.

Después de todo, cuando estas expresiones se intercambian como munición de guerra, se convierten en toscos instrumentos de censura y autolegitimación y dejan de dar nombre y aludir a la terrible realidad política que las dotó de significado. Cuanto más se explotan tácticamente tales acusaciones e invocaciones, más escéptica y cínica se vuelve la opinión pública sobre su verdadero uso y significado. Hacerlo implica violar ese episodio de la historia, insultar a la generación de supervivientes y volver a poner en circulación con hipócrita vehemencia un asunto traumático —en una especie de frenesí sádico, para decirlo sin rodeos— con el único fin de defender y legitimar el régimen de un Estado altamente militarizado y represivo. Sobre el uso del Holocausto para legitimar el carácter destructivo y militar israelí, Primo Levi escribió en 1982: «Niego toda validez a esa defensa».

La conferencia se recoge en el libro BDS por Palestina (págs. 231-247).

Vídeos subtitulados sobre Palestina

"Los ciudadanos deben responder allí donde los gobiernos han fracasado", por Stéphane Hessel, 15 de junio de 2010

El movimiento BDS de Boicot, Desinversiones y Sanciones al Estado de Israel existe desde el 9 de julio de 2005, a raíz de un llamamiento de 170 ONGs palestinas.

Para comprender la verdadera naturaleza del movimiento, citamos el artículo de Stéphane Hessel "Los ciudadanos deben responder allí donde los gobiernos han fracasado", recogido en el libro BDS por Palestina. Stéphane Hessel es el autor de origen judío de ¡Indignaos!, superviviente de los campos de exterminio nazis de Buchenwald y Dora-Mittelbau, experiencia que relata en el libro de conversaciones con el autor palestino Elias Sanbar El superviviente y el exiliado.

 

"Los ciudadanos deben responder allí donde los gobiernos han fracasado"


La ausencia de una actuación decidida por parte de los Gobiernos para que Israel responda ante el de-recho internacional marca el camino a los ciudadanos concienciados: son ellos quienes deben asumir esa responsabilidad, como se hizo contra la Sudáfrica del apartheid. Iniciativas no violentas impulsadas por los ciudadanos, simbolizadas por la Flotilla y por varias campañas de boicot y desinversiones en todo el mundo, ofrecen el modo más prometedor de superar el fracaso de los Gobiernos del mundo a la hora de hacer frente a la intransigencia y la ilegalidad de Israel. Al atacar flagrantemente los barcos de ayuda, Israel, sin querer, ha originado una concienciación sin precedentes y ha provocado la condena no solo de su mortífero asedio de Gaza, sino de forma más general de sus prácticas de ocupación de los territorios palestinos, de la negación de los derechos de los refugiados palestinos y de sus políticas de apartheid hacia los ciudadanos autóctonos «no judíos» de Israel.

La Flotilla de la Libertad recuerda el tipo de iniciativas de la sociedad civil que puso fin a las leyes de segregación en EE. UU. y el apartheid en Sudáfrica, una analogía imposible de ignorar. Igual que hizo en su día el régimen del apartheid en Sudáfrica, la reacción de Israel ha sido etiquetar este acto no violento de «provocación internacional». Como en el caso de Sudáfrica, el llamamiento de 2005 a la solidaridad internacional en forma de boicot, desinversiones y sanciones (BDS) procede de una abrumadora mayoría de sindicatos y organizaciones de la sociedad civil palestina y está siendo acogido por ciudadanos concienciados y movimientos sociales de todo el mundo. La iniciativa BDS llama al aislamiento eficaz de Israel, de sus negocios cómplices, de sus instituciones académicas y culturales así como de las empresas que se beneficien de sus violaciones de los derechos humanos y de sus políticas ilegales mientras estas políticas continúen.

Creo que la iniciativa BDS es una estrategia moral que ha demostrado su potencial de éxito. Muy recientemente el Deutsche Bank se ha convertido en la última de varias instituciones financieras e importantes fondos de pensiones que han retirado sus inversiones del fabricante de armas israelí Elbit Systems. La semana pasada dos importantes cadenas de supermercados italianos anunciaron un boicot de productos procedentes de los asentamientos ilegales israelíes. El mes pasado los artistas Elvis Costello y Gil Scott-Heron cancelaron sus actuaciones en Israel. Los universitarios de buena parte del mundo, en una actuación que recuerda la lucha popular antiapartheid en Sudáfrica, han emprendido activos llamamientos a las administraciones de sus universidades para que adopten políticas de desinversión.

Apoyo las sinceras palabras del escritor escocés Iain Banks, quien ante el salvaje ataque de Israel a la Flotilla de la Libertad sugirió que el mejor modo de que los artistas internacionales, escritores y académicos «convenzan a Israel de su degradación y aislamiento moral» es «simplemente no tener nada que ver con este Gobierno criminal».

sábado, 16 de diciembre de 2023

Las vidas palestinas también importan: La investigadora Judith Butler condena el Genocidio de Gaza en su entrevista con Amy Goodman en Democracy Now!

 




I parte.


Entrevistamos a Judith Butler, una de las muchas personas, escritor@s y artistas judí@s y american@s, que han firmado una carta abierta al Presidente Biden en la que exigen un alto el fuego inmediato en Gaza. “Tod@s deberíamos protestar y exigir el fin del genocidio”, dice Butler respecto al ataque israelí. “Mientras Palestina no sea libre… seguiremos siendo testigos de la violencia. Seguiremos presenciando cómo la violencia estructural continúa generando este tipo de resistencia”. Butler es autora de muchos libros, entre ellos The Force of Nonviolence: An Ethico-Political Bind (La fuerza de la no-violencia: la ética en la política) y Parting Ways: Jewishness and the Critique of Zionism (Caminos que se separan: el judaísmo y la crítica del sionismo). Es asesora de Voz Judía por la Paz.


AMY GOODMAN: Estamos en Democracy Now!, democracynow.org, Informe sobre la guerra y la paz. Yo soy Amy Goodman, con Nermeen Shaikh.

NERMEEN SHAIKH: Continuamos nuestra conversación sobre el bombardeo de Gaza. A ella se ha incorporado la filósofa y experta en temas de género Judith Butler, firmante con much@s autor@s y artistas de la carta abierta al Presidente Biden reclamando un alto el fuego inmediato. Butler es autora de muchos libros, entre ellos The Force of Nonviolence: An Ethico-Political Bind (La fuerza de la no-violencia: la ética en la política) y Parting Ways: Jewishness and the Critique of Zionism (Caminos que se separan: el judaísmo y la crítica del sionismo). Su reciente escrito publicado por London Review of Books se titula “The Compass of Mourning” (“El perímetro del luto”). Judith Butler se une a nuestra conversación desde París. Es catedrática de la universidad de California en Berkeley y ocupa la cátedra Hannah Arendt en la European Graduate School. Es asesora de Voz Judía por la Paz.


Bienvenida a Democracy Now!, profesora Butler. Acabamos de hablar con la Dra. Ashrawi, quien ha dicho, cito sus palabras, “que a los palestinos se les ha negado el reconocimiento y sus derechos”. Vd. ha escrito copiosamente sobre la manera en que vidas diferentes se valoran de modo diferente.

JUDITH BUTLER: Sí. Permítame decir simplemente que quienes han sido entrevistados en Palestina para esta conversación han utilizado la palabra “genocidio”. Creo que es preciso que nos tomemos esta palabra muy seriamente, pues describe la situación en la que una población ha sido convertida en un blanco —no sólo militarmente, sino también civilmente— y bombardeada, descoyuntada por la fuerza, y existen planes para la reubicación de toda esa población e incluso para el derribo completo de los pueblos y de las ciudades de Gaza. Como Vd. sabe, existen agrupaciones de juristas, como el Centro de Derechos Constitucionales, que ha publicado un estudio de 40 páginas dedicado a explicar por qué es correcto llamar genocidio a lo que les está sucediendo ahora a los palestinos. Otros grupos estudian la legislación internacional para demostrar que un genocidio no siempre se parece a lo que hizo el régimen nazi y puede socavar sistemáticamente las posibilidades de vida, salud, bienestar y la capacidad para sobrevivir. Esto es exactamente lo que está sucediendo.

Los motivos por los que la mayor parte de los medios de comunicación estadounidenses y el propio gobierno de los Estados Unidos han decidido ser cómplices de los crímenes genocidas constituyen una enorme pregunta abierta. Y es un hecho alarmante. Hanan Ashrawi tiene razón cuando dice que no se limitan a dar su apoyo ideológico para justificar la violencia genocida israelí. De hecho, están dando armas, apoyo y consejo para llevar a efecto este conjunto de políticas genocidas.

Desde mi punto de vista, los palestinos han sido etiquetados como personas cuya pérdida no puede ser llorada. Esto equivale a decir que no son un grupo de personas cuyas vidas se estime que tengan valor, o que puedan persistir y prosperar en este mundo. Si pierden la vida, dicha pérdida no se considera una pérdida verdadera, porque no sólo son algo menos que humanos, sino que constituyen una amenaza para la idea de lo humano que defiende la política sionista, que comparten Israel, los Estados Unidos y muchos poderes occidentales.

De modo que una vez que vemos que estas caricaturas se apoderan del discurso público —diciendo que todos los palestinos son Hamás, o que Hamás es terrorismo y no una lucha de resistencia armada, o que la violencia israelí está moralmente justificada pero la violencia palestina es barbarie—, ¿por qué no habría de justificarse moralmente el bombardeo de personas en sus hogares y en sus hospitales y en sus escuelas, o cuando están huyendo, de acuerdo con las directrices israelíes, no es barbarie eso? A lo que me refiero es a que lo que vemos no es la muerte de civiles palestinos como bajas en una guerra, una especie de daño colateral. Estos civiles son un objetivo, un blanco. Y elegir como objetivo a civiles que pertenecen a un grupo específico, a un grupo étnico, racializado, constituye una práctica genocida. Es eso lo que estamos viendo.

Así que deberíamos levantarnos todos para oponernos, para exigir el fin del genocidio. Es verdad que he firmado varias peticiones, y una de ellas demanda un alto el fuego inmediato. Esto es lo mínimo que se puede exigir. Pero la verdad es que la violencia que estamos viendo se corresponde con una violencia que viene durando mucho tiempo, una violencia de 75 años, que se ha caracterizado por la dislocación sistemática, por el asesinato, el encarcelamiento, la detención, la tierra arrebatada, las vidas destrozadas. En realidad, hace falta una solución política mucho más plena para la situación actual. Mientras Palestina no sea libre y a los palestinos no les sea posible vivir como ciudadanos y poder actuar políticamente en un mundo al que puedan contribuir, en el que puedan gobernarse y formar parte de una democracia, continuaremos viendo violencia. Seguiremos viendo la violencia estructural que produce este tipo de resistencia. Así que espero que…

AMY GOODMAN: Judith Butler…

JUDITH BUTLER: …finalmente no nos limitemos a poner una tirita.

AMY GOODMAN: El político israelí Moshe Feiglin ha llamado a reproducir un Dresde en Gaza, refiriéndose a la segunda guerra mundial y al bombardeo de Dresde, en el que murieron en torno a 25.000 personas.

JUDITH BUTLER: Sí.

AMY GOODMAN: Una tormenta de fuego sobre toda la franja de Gaza. Cuando en una entrevista se le preguntó a Naftali Bennett, el primer ministro anterior, sobre el asesinato de más de 1.400 personas civiles israelíes el 7 de octubre, contestó: “¿Está Vd. hablando seriamente de civiles palestinos?” Sólo tenemos 45 segundos para su respuesta.

JUDITH BUTLER: Creo que uno de los problemas es que a los civiles palestinos no se les reconoce como tales. Es decir, cuando se ha conseguido, retóricamente y a través de los medios, la identificación de Palestina con el terrorismo, a todos los palestinos como terroristas, a los que se identifica con la barbarie y con la animalidad, entonces no existen los civiles en el imaginario de aquellos que están ejerciendo violencia sobre ellos.

AMY GOODMAN: Queremos agradecerle…

JUDITH BUTLER: Y eso es falso y hay que oponerse a ello. Gracias.

AMY GOODMAN: Queremos agradecerle su presencia aquí. Continuaremos con la segunda parte de nuestra conversación y la publicaremos en democracynow.org. Judith Butler es filósofa, comentarista política y especialista en estudios de género, catedrática en la Graduate School de la universidad de California en Berkeley, ocupa la cátedra Hanna Arendt en la European Graduate School y es asesora de Voz Judía por la Paz.


Aquí termina nuestro programa. Yo soy Amy Goodman, con Nermeen Shaikh en una nueva edición de Democracy Now!

Traducción de Esteban Pujals Gesalí.

Esta entrevista fue publicada en Democracy Now! el 26 de octubre de 2023.

 

Judith Butler sobre Hamas, el castigo colectivo en Gaza y por qué debe Biden presionar para que haya un alto el fuego

II parte de la entrevista de Democracy Now! a Judith Butler.

AMY GOODMAN: Somos Democracy Now!, democracynow.org, El informe sobre la guerra y la paz. Y yo soy Amy Goodman y hago la entrevista junto a Nermeen Shaikh.


Continuamos con la segunda parte de nuestra conversación con Judith Butler, filósofa y especialista en estudios de género. Ella es una de las docenas de artistas y escritores judíos q hace poco firmaron una carta abierta dirigida al presidente Biden en la que solicitaban un alto el fuego inmediato. Otras personas que firmaron la carta son V, antes llamada Eve Ensler, Masha Gessen y el dramaturgo Tony Kushner.


NERMEEN SHAIKH: Judith Butler es autora de numerosos libros, entre los que se encuentran La fuerza de la no violencia: La Ética en lo Político y Caminos separados: el judaísmo y la crítica al sionismo. Su reciente artículo para la revista London Review of Books se titula “Los alcances del duelo”. Judith Butler se nos une hoy desde Paris. Es catedrática en la Graduate School de la universidad de California en Berkeley y ocupa la cátedra Hannah Arendt en la European Graduate School. También es asesora de Voz Judía por la Paz.


Bienvenida a Democracy Now!, profesora Butler. Me gustaría, antes que nada, preguntarle por la carta abierta que usted firmó, junto a otros especialistas y escritores judíos, instando al Presidente Biden a que apoyara un alto el fuego en Gaza. Voy a citar un párrafo de dicha carta que dice: “Condenamos los ataques contra la población civil israelí y palestina. Pensamos que es posible y, de hecho, es necesario condenar las acciones de Hamas y reconocer la opresión histórica e incesante contra los palestinos. Creemos que es posible y realmente necesario condenar el ataque de Hamas y pronunciarse contra el castigo colectivo a la población gazatí que se está llevando a cabo e incrementando mientras escribimos esta carta”. Así que, profesora Butler, ¿podría hablarnos de este tema? Me refiero, por supuesto, a por qué resulta tan evidente que se puede condenar lo que hizo Hamas y, a la vez, oponerse al incesante y brutal ataque contra Gaza.


JUDITH BUTLER: A mí me parece que uno puede y debe oponerse a las matanzas de la población civil. Y que esto es un precepto ético básico de la guerra. Y, por tanto, parece lógico decir que nos oponemos a la matanza de civiles de los dos lados. Me parece que lo que resulta problemático es la frecuencia con la que mucha gente que se considera sionista dice que los ataques de Hamas justifican la respuesta que ahora se está dando por parte del ejército israelí. Resulta sencillo darse cuenta de que la fuerza militar entre palestinos e israelíes es totalmente asimétrica. Y en el presente conflicto las dos partes no tienen el mismo grado de culpabilidad. Debemos entender la historia de violencia que se está infligiendo contra los palestinos, Gaza incluida, y yo añadiría, como parte de esa violencia, el privar a la gente de agua potable, de asistencia médica, de comida y de electricidad. Por decirlo de otra manera, las condiciones mismas que hacen posible poder vivir están siendo atacadas sistemáticamente.

Creo que no puedo hablar por todas las personas que firmaron la carta. Pero, como personas judías, decimos: “No en nuestro nombre”. Es decir que lo que el estado de Israel está haciendo, lo que el ejercito israelí está haciendo no nos representa. No representa nuestros valores. Y porque, tal y como he dicho, creo que a lo que estamos asistiendo es a la implementación de un plan genocida, según la definición legal internacional de genocidio, y como judíos resulta imperativo, desde un punto de vista ético y político, atrevernos a hablar contra el genocidio. De la misma forma que también debemos atrevernos a hablar en contra de la producción de un nuevo tipo de refugiados o la intensificación del estatus de refugiados de tantos palestinos que, en algunos casos, han sido población refugiada desde 1948. Sus familiares lo han sido. Creo que este es el pensamiento básico que subyace detrás de esa petición.


AMY GOODMAN: Profesora Butler, quisiera referirme a John Kirby, el portavoz del Consejo Nacional de Seguridad [de la Administración Biden], que habló esta semana en una rueda de prensa en la Casa Blanca.


JOHN KIRBY: Estamos en guerra. Estamos combatiendo. Eso implica derramamiento de sangre, algo repugnante y va ser complicado. Y se va a hacer daño a civiles inocentes en nuestro avance. Ojalá pudiera decirles algo diferente. Ojalá no fuera a suceder. Pero sucederá.


AMY GOODMAN: Así que eso es lo que va a ocurrir, que habrá matanzas de la población civil. Si pudiera usted, Judith, responder también como profesora judía a los miembros del gobierno israelí que, como Naftali Bennett, han dicho, “¿Estáis hablando en serio acerca la población civil palestina?”, como si el hablar de nuestra preocupación por los palestinos fuera equivalente a minimizar lo que ocurrió el 7 de octubre, la matanza de 1.400 judíos, un asesinato en masa, la peor matanza de judíos desde el Holocausto.


JUDITH BUTLER: Cuando el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional afirma que se debe a la mala suerte que la población civil pierda la vida en Gaza, y que ojalá ese no fuera el caso, lo que está haciendo es mentir. Se está poniendo en el punto de mira a la población civil. Y creo que una de las cosas que podemos decir, que está ocurriendo ahora mismo y lleva ocurriendo desde hace cierto tiempo, es que el Estado israelí afirma que todos esos blancos civiles a los que golpea son escudos humanos de las instalaciones militares. Vaya, esa es una explicación muy conveniente, pero no explica por qué se bombardean las casas, y por qué se está seleccionando como blanco y bombardeando a la población que huye del norte al sur. Así que eso es hablar con mala fe, en el mejor de los casos, y una mentira brutal, si queremos hablar con honestidad.


También creo que, por desgracia, hay algunos grupos judíos y grupos sionistas que, solo o principalmente, se preocupan por la vida judía, y su postura es que la destrucción de la vida judía es lo peor que podría suceder en el mundo. Y eso sería algo absolutamente terrible. Pero la vida judía no es más valiosa que la vida palestina. Y creo que se puede encontrar a una serie de personas que opina lo mismo en abstracto, pero que justifican el que los palestinos en masa sean el blanco y la campaña de asesinatos contra Gaza porque ninguna cantidad de violencia puede compensar su sentimiento de agravio.

Me gustaría añadir que es dificilísimo encontrar una prensa y unos medios que ofrezcan información gráfica y descripciones detalladas del sufrimiento que está padeciendo Gaza. Recogemos mucha más información en, por ejemplo, The New York Times sobre las vidas israelíes y sobre lo mucho que han tenido que soportar. Pero nunca se cubre igual la información de lo que está pasando en Palestina. A veces nos dan cifras. Y, tal y como hemos visto, esas cifras pueden ser cuestionadas incluso por Biden, incluso aunque dicha información provenga de organismos de la ONU o de organizaciones respetables que trabajan sobre el terreno. Así que existe una gran cantidad de formas de minimizar y de desrealizar lo que está sucediendo, es decir, de hacer que las muertes palestinas parezcan falsas o ilusorias. Y creo que nuestro trabajo como profesores, periodistas o personas activistas debe ser sacar a la luz lo que está pasando y hacer que esas vidas y esas muertes tengan sentido para el gran público en general.


NERMEEN SHAIKH: Profesora Butler, me gustaría preguntarle por su propio trabajo. Usted ha escrito extensamente sobre la pregunta de por qué ciertas vidas tienen más valor que otras. Si pudiera comentarnos específicamente cómo eso queda reflejado, no solo en las palabras de John Kirby que acabamos de escuchar sino también en la cobertura de los medios, la cobertura de los medios más leídos y escuchados sobre la guerra aquí, en los Estados Unidos. Voy a citar su libro del año 2009, Marcos de guerra. Las vidas lloradas: “Cuando tomamos nuestro horror moral como señal de nuestra humanidad, fallamos al no darnos cuenta de que la humanidad está, de hecho, implícitamente dividida entre aquellos por los que sentimos una preocupación no razonada y apremiante y aquellos cuyas vidas y muertes sencillamente no nos afectan, o ni siquiera pensamos en ellas como vidas”. Así que, ¿podría comentarnos como se manifiesta esto, en particular, tal y como antes nos habló de The New York Times y de los medios estadounidenses? Y en este momento en que usted se encuentra en Paris, ¿podría, quizás, abordar cómo se refleja esto en los medios europeos?


JUDITH BUTLER: Bueno, en primer lugar, voy a exponer lo que considero una verdad evidente, el hecho de que el marco colonial del colonizador de Israel que ocupa Palestina es racista, y a los palestinos se les representa como algo menos que humanos. Ellos forman parte de los no europeos. Evidentemente, también hay judíos que no son europeos. Pero los palestinos son racializados y se les trata como algo menos que humanos. Y por eso la pérdida de esas vidas ni se señala ni se reconoce como pérdida. Por supuesto que esto sí se reconoce dentro de Palestina, es decir, siempre se encuentra una forma de reunirse y hacer el duelo y de trasladar a los muertos y honrarlos. Así que estamos hablando solo del punto de vista de aquellos que creen que la eliminación de las vidas palestinas o el estar dañando permanentemente las vidas palestinas está, de alguna manera, justificado. No ven esas vidas como vidas humanas, según la idea que ellos tienen de lo humano.

Y esto lo hemos visto cuando Netanyahu llama a los palestinos animales y otros los llaman bárbaros y, que no se nos olvide, cuando se les considera simplemente un problema estratégico: “vaya, aquí tenemos a una población de hecho. Quizás podamos deportarlos”. Así que cuando algún miembro del gobierno israelí habla de reubicar a los palestinos al Sinaí y convertirlos, de este modo, en un problema egipcio, y se ponen a investigar la vivienda que hay disponible en las afueras de El Cairo, de lo que están realmente hablando es de deportarlos como si se tratara de mercancías o propiedades suyas, como si tuvieran derecho a hacerlo, como si esa gente fuera de su propiedad o esa gente fueran mercancías móviles que se pueden trasladar de un sitio a otro. Y esto no es solo una deshumanización radical, sino que hace posible el tratamiento brutal, la deportación y el asesinato de personas tal y como lo estamos viendo ahora mismo. Creo que no estamos viendo bombardeos al azar. Estamos viendo cómo se despliega un plan. Y, a no ser que los Estados Unidos y otras grandes potencias lo interrumpan, va a ser algo devastador.

Por supuesto, en Europa y en París durante un tiempo se prohibió apoyar a los palestinos con protestas públicas. Y, afortunadamente, el Tribunal Constitucional echó abajo esa decisión del poder ejecutivo, y al menos 20.000 personas se manifestaron en la calle justo la semana pasada. Y, por supuesto, estamos viendo cada vez más reacciones similares en los círculos académicos estadounidenses. A no ser que la gente condene a Hamas, estas protestas no se consideran aceptables. Se consideran anti-semitas. A no ser que la gente apoye a Israel inequívocamente, se considera a esas personas antisemitas o alineadas con el terrorismo. Y, por supuesto, tan pronto como esto sucede, esas personas que quieren manifestarse, públicamente o en sus universidades, contra la injusticia que se está cometiendo, se arriesgan a perder apoyos, a perder su trabajo, y se les estigmatiza. Conozco a gente del mundo académico a los que se les ha suspendido de su trabajo aquí y en Suiza. Y también conozco personas del mundo académico alemán que intentan protestar y a los que se mancilla bajo la acusación de que son antisemitas.

Criticar al Estado de Israel no es antisemita si el Estado de Israel es un Estado colonial de colonizadores que está ejerciendo una violencia extraordinaria. Estamos en contra de la violencia. Estamos en contra de los disposiciones coloniales de los colonizadores. Estamos en contra de la injusticia. Y, si eres verdaderamente judío, tu obligación es estar en contra de la injusticia. No serías un buen judío si no te opusieras a la injusticia. Así que el que te llamen antisemita, y a mí me lo llevan llamando desde hace muchos años aquellos que están en mi contra por defender valores que también son valores judíos, valores compartidos, pero desde luego valores judíos, es algo sencillamente horrible.


AMY GOODMAN: ¿Podría explicarnos que le ocurrió en Berna? De hecho, creíamos que le haríamos la entrevista en Berna pero usted tuvo que cancelar su conferencia.


JUDITH BUTLER: Sí, yo cancelé mi propia conferencia porque me di cuenta de que si hablaba en la universidad de Berna con la situación que había, habría producido una gran controversia y, probablemente, habría hecho daño a mis anfitriones y a su departamento. Pero es verdad que en algunos sitios en los que hay gente que es claramente antisionista o apoya el movimiento Boicot, Desinversiones y Sanciones a Israel (Boycott, Divestment and Sanctions to Israel), al que yo apoyo, se producen protestas, se intenta ejercer la censura, se intentan erradicar modos de reconocimiento o bloquearles la entrada. Me estoy refiriendo a cómo se están intensificando este tipo de medidas en las instalaciones universitarias estadounidenses. Y, por supuesto, necesitamos proteger los derechos de reunión, manifestación y protesta. Solidarizarse con Palestina no significa necesariamente estar a favor de los ataques militares de Hamas, sino apoyar a la gente a los que, de una forma genocida, se ha puesto en el punto de mira.


NERMEEN SHAIKH: Profesora Butler, ¿podría decirnos cuál piensa usted que podría ser una salida a la presente crisis? Y también, en el contexto de La fuerza de la no violencia: La ética en la política, su libro de 2020, ¿en qué consistiría aceptar su planteamiento, instando a la no violencia aun sabiendo, por supuesto, que adopta usted una posición difícil, para poder entender cómo terminar potencialmente con esta situación?


JUDITH BUTLER: Bueno, creo que lo primero de todo sería la inmediata necesidad de lograr un alto al fuego. Aunque también pienso que no habrá una posible solución si no se permite a los gazatíes regresar a sus casas y reconstruirlas y llevar a cabo el duelo y la vida que les corresponde. Creo que la ocupación debe terminarse e incluyo el asedio de Gaza como parte de dicha ocupación. A veces se comenta que Gaza ya no es un territorio ocupado, que la ocupación terminó en el año 2005. Y eso no es verdad. Se podría decir que el ejército israelí se retiró, pero cada mínima parte de la frontera, excepto, quizá, la puerta de Rafah, está patrullada y controlada por las autoridades del Estado de Israel. Lo que quiere decir que ni la gente ni las mercancías pueden salir ni entrar sin permiso israelí. Y por eso no podemos hablar de que exista una autonomía política en tales circunstancias.


También creo que el tipo de deportación a la que estamos asistiendo en la actualidad es la que ocurrió en 1948 cuando comenzó la Naqba. La Naqba no es un acontecimiento único que tuvo lugar en 1948. Es una situación incesante. Y por eso los asesinatos, las masacres y la desposesión que estamos viendo en la actualidad son una continuación de la Naqba. Quizás es mucho más gráfica en la situación actual. Pero no debemos imaginarnos que, si resolvemos el presente conflicto ahora, habremos llegado a la raíz del problema. La raíz del problema incluye encontrar una fórmula por la que los palestinos tengan un poder absoluto de autodeterminación, puedan vivir en una sociedad democrática, se ponga fin a la desposesión y se les devuelvan las tierras que les han robado, por lo menos que se reconozca y se repare este hecho, y también significa el derecho a retornar de mucha gente que se ha visto obligada a marcharse en circunstancias terribles.


AMY GOODMAN: Judith Butler, queremos darle las gracias por estar con nosotros. Judith es filósofa, comentarista política, especialista estudios de género, catedrática de la Graduate School de la universidad de California en Berkeley. Y ocupa la cátedra Hannah Arendt en la European Graduate School. También forma parte del consejo asesor de Voz Judía por la Paz. Como nos quedan dos minutos para que termine la conexión por satélite, podría comentarnos ¿qué cree que pensaría Hannah Arendt de la actual situación?


JUDITH BUTLER: Bueno, el trabajo de Hannah Arendt se compone de diferentes partes, pero yo diría que ella demostró gran inteligencia cuando escribió en 1948 que basar el Estado de Israel en el principio de soberanía judía era un error tremendo. Y que conllevaría conflictos de tipo militar durante las futuras décadas. Lo que ella estaba defendiendo era una estructura binacional, pluralista, en la que judíos y palestinos pudieran cohabitar en el territorio y en la que existiera una igualdad de algún tipo. No estoy segura que tuviera un plan acabado por completo. Parece que su plan procedía de Martin Buber, en cierto sentido. Pero lo que está claro es que ella pensaba que ningún Estado podría basarse en una forma de soberanía étnica o religiosa sin producir un desplazamiento de toda la gente que no perteneciera a esa religión ni a esa etnia. Así que predijo que Israel produciría una masiva clase de refugiados, y que estaría atascada en un conflicto durante los años venideros.

Y por eso creo que tenemos que recordar el derecho al retorno. Nunca llegaremos a la raíz del problema a no ser que nos demos cuenta de los millones de palestinos cuyas familias llevan viviendo todos estos años en un exilio forzoso, y habría que darles algún tipo de reconocimiento, alguna reparación, alguna manera de honrar su derecho a volver.


AMY GOODMAN: Muchas gracias. Si alguien quiere ver la primera parte de nuestra conversación con la profesora de la universidad de California en Berkeley, les animamos a conectar con democracynow.org. Soy Amy Goodman y he entrevistado a Judith Butler con Nermeen Shaik.


Traducción de María José Belbel Bullejos.

Esta entrevista fue publicada en Democracy Now! el 26 de octubre de 2023.