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martes, 26 de diciembre de 2023

Judith Butler: fragmentos de su conferencia de 7 de febrero de 2013 en el Brooklyn College sobre Palestina y el movimiento BDS

 

Entre los escritores y políticos que han manifestado su apoyo al movimiento BDS de Boicot, Desinversiones y Sanciones al Estado de Israel sobresale la filósofa estadounidense de origen judío Judith Butler, de la que recogemos algunos fragmentos de su intervención con Murid Barghouti en el Brooklyn College, conferencia que provocó una gran polémica en los medios universitarios norteamericanos debido a las presiones del lobby proisraelí para que se suspendiera.


Entonces comencé a tomar conciencia y poco a poco me fui convenciendo de que la fundación de Israel se basaba en un crimen contra los palestinos. Después siguieron otros crímenes. La opresión de los

palestinos —que perdieron sus tierras, cuya vida cotidiana se ve perturbada por la ocupación, que siguen viviendo hoy en un estado de depresión permanente— es algo de lo que debemos ocuparnos.

La opresión existe en todo el mundo, pero hay cierto número de cosas que hacen que el conflicto israelo-palestino sea especial. En primer lugar, Israel se presenta ante el mundo como una democracia, un país similar a cualquier otro Estado occidental, cuando de hecho está cometiendo crímenes contra la humanidad. Ha creado un Estado que está dividido según criterios raciales, como el régimen del apartheid en Sudáfrica. Europa y los Estados Unidos lo sostienen en el plano militar y financiero. Hay por tanto una enorme hipocresía: ayudamos a un país que dice ser una democracia, le apoyamos de todas las maneras posibles, y eso que está implicado en crímenes contra la humanidad. ...

La Ley del Retorno israelí se extiende a todos los judíos que viven en la diáspora, lo que significa que si no fuera por mis ideas políticas también yo sería candidata a convertirme en ciudadana de ese Estado. En paralelo, a los palestinos que solicitan el derecho al retorno se les niega. Quienes sostienen que es porque debe preservarse «la superioridad demográfica judía» tienen que preguntarse si eso no es incompatible con los principios democráticos. Si la respuesta es que «los judíos solo estarán seguros si conservan su condición de mayoría», habrá que recordarles que un Estado que se afana por mantener dentro de sus fronteras a un grupo en permanente situación de minoría privada de derechos, que rechaza ofrecer una reparación o el retorno a la población expulsada de sus tierras y hogares, que subyuga a más de 4 millones de personas bajo ocupación sin derecho a desplazarse ni garantías legales ni autodeterminación política, y que a otros 1,6 millones les somete a estado de sitio en Gaza, bajo racionamiento, administrando el desempleo, bloqueando los materiales de construcción para reconstruir las viviendas y las instituciones bombardeadas, aumentando su vulnerabilidad con bombardeos indiscriminados que ocasionan daños y muerte generalizados, habrá que recordarles que cualquier Estado que actúe así engendra un movimiento de rechazo.

Otra de las objeciones que se nos ha planteado es que con el BDS viene un segundo holocausto. Hay que tener mucho cuidado a la hora de usar así el Holocausto, porque convertir el término en un arma para estigmatizar la disidencia política deshonra la memoria de más de 6 millones de judíos y otros 4 millones de gitanos, homosexuales, personas discapacitadas, comunistas y enfermos físicos y mentales masacrados. Judíos o no, debemos mantener intacta y viva esa memoria histórica, y rechazar tanto el revisionismo como que se explote políticamente. No se puede explotar ni reavivar el trauma de las atrocidades de Hitler para acusar y silenciar a quienes sostienen opiniones políticas diferentes, incluyendo las críticas legítimas al Estado de Israel. Tales prácticas no solo instrumentalizan y degradan la memoria del genocidio nazi, sino que contribuyen a que se generalice cierto cinismo cuando surgen acusaciones de antisemitismo y posibles premoniciones de un nuevo genocidio.

Después de todo, cuando estas expresiones se intercambian como munición de guerra, se convierten en toscos instrumentos de censura y autolegitimación y dejan de dar nombre y aludir a la terrible realidad política que las dotó de significado. Cuanto más se explotan tácticamente tales acusaciones e invocaciones, más escéptica y cínica se vuelve la opinión pública sobre su verdadero uso y significado. Hacerlo implica violar ese episodio de la historia, insultar a la generación de supervivientes y volver a poner en circulación con hipócrita vehemencia un asunto traumático —en una especie de frenesí sádico, para decirlo sin rodeos— con el único fin de defender y legitimar el régimen de un Estado altamente militarizado y represivo. Sobre el uso del Holocausto para legitimar el carácter destructivo y militar israelí, Primo Levi escribió en 1982: «Niego toda validez a esa defensa».

La conferencia se recoge en el libro BDS por Palestina (págs. 231-247).

Vídeos subtitulados sobre Palestina

martes, 28 de febrero de 2023

GRUPOS JUDÍOS DE TODO EL MUNDO APLAUDEN A LA ALCALDESA DE BARCELONA ADA COLAU

 

El colectivo judío internacional por la justicia en Palestina (IJCJP, por sus siglas en inglés) lo componen grupos y personas judías procedentes de quince países. Desde numerosas ciudades de todo el mundo, sus adherentes celebran la decisión de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de interrumpir las relaciones con Israel hasta que todas las personas de Israel/Palestina disfruten plenamente de sus derechos, su seguridad y su autodeterminación.
 
Las ciudades son actores esenciales de la justicia social, pues son el centro de nuestra vida cotidiana. Personas de todas las etnias e identidades comparten las calles, las escuelas, los autobuses, la cultura y los acontecimientos de nuestras ciudades. Creamos lazos, nos ayudamos mutuamente en caso de necesidad y con nuestra diversidad enriquecemos la vida urbana.
 
No sucede así en Israel, donde el apartheid reparte los derechos, el espacio, los servicios públicos, la protección, la justicia y las perspectivas de vida según criterios étnicos.
Mientras que las ciudades de Israel no sean compartidas, no debemos normalizar la violencia estructural del apartheid. Agradecemos a la alcaldesa y los ciudadanos de Barcelona que se hayan negado a no querer ver abusos que no tolerarían en sus propias calles. Gracias a acciones basadas en principios como los de Barcelona, podemos exigir un cambio.
 
Nos entristece constatar que la alcaldesa Colau haya sido atacada por haber apoyado derechos humanos y políticos universales. El principio de que todos los miembros de la sociedad deban vivir con arreglo a una única e idéntica ley es al mismo tiempo una enseñanza tradicional judía y un pilar de la justicia laica. Nos sentimos solidarios de los barceloneses que han actuado para hacerlo respetar.
 
El ejemplo de Barcelona nos llama a redoblar esfuerzos a escala local para que nuevas ciudades defiendan la justicia.
 
Signatarios:
International Jewish Collective for Justice in Palestine
Alternative Jewish Voices of Aotearoa New Zeland
South African Jews for a Free Palestine (SAJFP)
Jews Say No, US
Jewish Voice for a Just Peace in the Middle East, Germany
Zochrot, Israel
International Jewish Anti-Zionist Network (IJAN), Argentina
International Jewish Anti-Zionist Network (IJAN), España
Boycott from Within  (Israeli Citizens for BDS)
UJFP (French Jewish Peace Union)
Jewish Network for Palestine (JNP), Reino Unido
Jewish Voice for Peace, US
Jews 4 Palestine-Ireland
Independent Jewish Voices, Canadá
Jews Against the Occupation, Australia
Jewish Voice for Labour (Reino Unido)
Texto completo en BDS France

domingo, 1 de diciembre de 2013

La normalización es más Ocupación




 La Asociación de Editores de Libro Político Contrabandos ha querido sumar su voz a la de quienes han puesto de manifiesto el error de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara al nombrar a Israel país invitado de honor en 2013.

Sabido es que el Estado israelí, contraviniendo la legislación internacional, mantiene en una situación de bloqueo absoluto a la población de Gaza, no cesa de construir colonias y muros de separación en los Territorios Ocupados y mantiene a cientos de palestinos, incluso niños, en sus cárceles, sin las debidas garantías jurídicas.

Palestina vive quiere sumarse a las iniciativas que ha habido en México para denunciar la ausencia de la producción intelectual palestina en la FIL y recordar que el activismo internacional por Palestina es un instrumento fundamental para desenmascarar la lógica perversa de la ocupación-normalización. 


El libro puede descargarse en formato e-book en Contrabandos



 LA NORMALIZACIÓN ES MÁS OCUPACIÓN


La Ocupación israelí de Palestina tiene un aliado estratégico en las políticas de normalización cuidadosamente diseñadas por el Gobierno de Israel. La normalización pretende borrar la historia, el derecho internacional y la noción misma de justicia para consumar a nivel internacional el estado de cosas interno: Israel es la sola realidad, y los palestinos, si acaso, un apéndice molesto, y con fecha de caducidad. La voracidad de los colonos y la creciente agresividad del apartheid se encargarán de ello. De legislar para que así sea ya se ocupa el Gobierno, el actual, el anterior y el que venga. Tal es la lógica israelí: cuestión de tiempo y Palestina será una palabra proscrita. Ya alertaba de ello Mahmud Darwish, que no sin sorna corregía al que le llamaba “poeta palestino”, y se reclamaba “poeta de Palestina”.

En el terreno de la cultura, uno de los últimos episodios de esta normalización impune es la Feria Internacional del Libro que se celebra en Guadalajara (México) del 30 de noviembre al 8 de diciembre de 2013. Se trata del mayor evento económico y promocional del mercado editorial en lengua española, y uno de los mejores escaparates de la cultura iberoamericana. El país invitado de honor en esta ocasión ha sido Israel, al que, según reza la información oficial, se le franquean las puertas para que muestre lo mejor de su producción intelectual de la mano de sus escritores, editores, investigadores y artistas. Ni una mención a Palestina, por supuesto, pero ni una sola referencia tampoco a los palestinos, ni a los del Interior, el 20 % de la población israelí, ni mucho menos a los que viven bajo el régimen de Ocupación en Cisjordania, Jerusalén Este o Gaza. Porque es sabido que la “marca Israel” presenta la cultura y la democracia israelíes como un oasis de civilidad en medio de la barbarie oriental. Palestina vive quiere sumarse a las iniciativas que ha habido en México para denunciar esta ausencia de la producción intelectual palestina en la FIL. Quiere con ello recordar que el activismo internacional por Palestina es un instrumento fundamental para desenmascarar la lógica perversa de la ocupación-normalización.  Los testimonios de Rachel Corrie y Vittorio Arrigoni recogidos en estas páginas son, por desgracia, tan actuales como su propia lucha.

Pero además, y sobre todo,
Palestina vive quiere mostrar cómo dentro de la sociedad palestina la lucha contra la Ocupación y por la consecución de una resolución justa del conflicto viene desarrollando su propia dinámica intelectual y cultural. El año 2005 supuso un importante punto de inflexión. Fue entonces cuando más de un centenar de asociaciones cívicas, sindicatos y grupos palestinos de diversas tendencias lanzaron la campaña Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) para canalizar la presión interior y exterior contra Israel, siguiendo el modelo de la campaña internacional contra el régimen segregacionista de Sudáfrica. El BDS ya está teniendo sus consecuencias en el ámbito sindical, empresarial, académico y cultural europeo, también en España. A su vez, a nivel interno palestino, es notorio cómo la campaña del BDS ha facilitado la incorporación a la lucha contra la Ocupación de sectores de la sociedad tradicionalmente marginados. Haneen Maikei, en una certera entrevista que reproducimos, da cuenta de cómo se ha producido esta evolución entre los grupos LGBT, lo cual refleja la vitalidad de los debates políticos e intelectuales palestinos en marcha. Igualmente vibrante es la cuestión de la futura configuración estatal, que Edward Said replanteó en 1999 con su reflexión sobre la necesidad de actualizar la idea binacional. Hoy, bien muerto y enterrado Oslo, el Estado binacional concita el interés tanto de los palestinos israelíes como de la diáspora, aunque suscita más dudas entre quienes viven día a día la Ocupación y cifran en la solución de los dos Estados su futuro. Todo ello está cambiando, y Mustaphá Barghouthi así lo discute con Eric Hazan en el diálogo aquí recogido.     

Por último, y no con menor interés,
Palestina vive  también quiere asomarse a la creación literaria palestina. Los autores que se recogen en esta selección hablan de la injusticia, de la guerra, del absurdo y de las formas de resistir y elevarse. Hablan de Palestina, y ya se sabe que sólo existe lo que se nombra.

Luz Gómez García