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martes, 26 de diciembre de 2023

Judith Butler: fragmentos de su conferencia de 7 de febrero de 2013 en el Brooklyn College sobre Palestina y el movimiento BDS

 

Entre los escritores y políticos que han manifestado su apoyo al movimiento BDS de Boicot, Desinversiones y Sanciones al Estado de Israel sobresale la filósofa estadounidense de origen judío Judith Butler, de la que recogemos algunos fragmentos de su intervención con Murid Barghouti en el Brooklyn College, conferencia que provocó una gran polémica en los medios universitarios norteamericanos debido a las presiones del lobby proisraelí para que se suspendiera.


Entonces comencé a tomar conciencia y poco a poco me fui convenciendo de que la fundación de Israel se basaba en un crimen contra los palestinos. Después siguieron otros crímenes. La opresión de los

palestinos —que perdieron sus tierras, cuya vida cotidiana se ve perturbada por la ocupación, que siguen viviendo hoy en un estado de depresión permanente— es algo de lo que debemos ocuparnos.

La opresión existe en todo el mundo, pero hay cierto número de cosas que hacen que el conflicto israelo-palestino sea especial. En primer lugar, Israel se presenta ante el mundo como una democracia, un país similar a cualquier otro Estado occidental, cuando de hecho está cometiendo crímenes contra la humanidad. Ha creado un Estado que está dividido según criterios raciales, como el régimen del apartheid en Sudáfrica. Europa y los Estados Unidos lo sostienen en el plano militar y financiero. Hay por tanto una enorme hipocresía: ayudamos a un país que dice ser una democracia, le apoyamos de todas las maneras posibles, y eso que está implicado en crímenes contra la humanidad. ...

La Ley del Retorno israelí se extiende a todos los judíos que viven en la diáspora, lo que significa que si no fuera por mis ideas políticas también yo sería candidata a convertirme en ciudadana de ese Estado. En paralelo, a los palestinos que solicitan el derecho al retorno se les niega. Quienes sostienen que es porque debe preservarse «la superioridad demográfica judía» tienen que preguntarse si eso no es incompatible con los principios democráticos. Si la respuesta es que «los judíos solo estarán seguros si conservan su condición de mayoría», habrá que recordarles que un Estado que se afana por mantener dentro de sus fronteras a un grupo en permanente situación de minoría privada de derechos, que rechaza ofrecer una reparación o el retorno a la población expulsada de sus tierras y hogares, que subyuga a más de 4 millones de personas bajo ocupación sin derecho a desplazarse ni garantías legales ni autodeterminación política, y que a otros 1,6 millones les somete a estado de sitio en Gaza, bajo racionamiento, administrando el desempleo, bloqueando los materiales de construcción para reconstruir las viviendas y las instituciones bombardeadas, aumentando su vulnerabilidad con bombardeos indiscriminados que ocasionan daños y muerte generalizados, habrá que recordarles que cualquier Estado que actúe así engendra un movimiento de rechazo.

Otra de las objeciones que se nos ha planteado es que con el BDS viene un segundo holocausto. Hay que tener mucho cuidado a la hora de usar así el Holocausto, porque convertir el término en un arma para estigmatizar la disidencia política deshonra la memoria de más de 6 millones de judíos y otros 4 millones de gitanos, homosexuales, personas discapacitadas, comunistas y enfermos físicos y mentales masacrados. Judíos o no, debemos mantener intacta y viva esa memoria histórica, y rechazar tanto el revisionismo como que se explote políticamente. No se puede explotar ni reavivar el trauma de las atrocidades de Hitler para acusar y silenciar a quienes sostienen opiniones políticas diferentes, incluyendo las críticas legítimas al Estado de Israel. Tales prácticas no solo instrumentalizan y degradan la memoria del genocidio nazi, sino que contribuyen a que se generalice cierto cinismo cuando surgen acusaciones de antisemitismo y posibles premoniciones de un nuevo genocidio.

Después de todo, cuando estas expresiones se intercambian como munición de guerra, se convierten en toscos instrumentos de censura y autolegitimación y dejan de dar nombre y aludir a la terrible realidad política que las dotó de significado. Cuanto más se explotan tácticamente tales acusaciones e invocaciones, más escéptica y cínica se vuelve la opinión pública sobre su verdadero uso y significado. Hacerlo implica violar ese episodio de la historia, insultar a la generación de supervivientes y volver a poner en circulación con hipócrita vehemencia un asunto traumático —en una especie de frenesí sádico, para decirlo sin rodeos— con el único fin de defender y legitimar el régimen de un Estado altamente militarizado y represivo. Sobre el uso del Holocausto para legitimar el carácter destructivo y militar israelí, Primo Levi escribió en 1982: «Niego toda validez a esa defensa».

La conferencia se recoge en el libro BDS por Palestina (págs. 231-247).

Vídeos subtitulados sobre Palestina

viernes, 10 de noviembre de 2023

Libros con Palestina: declaración en solidaridad con Gaza, 2023

 COMUNICADO PÚBLICO

Libros con Palestina: declaración en solidaridad con Gaza, 2023


Una tormenta de fuego y odio castiga a Palestina. Miles y miles de personas pierden todos los días en Gaza sus hogares, escuelas, hospitales... sus vidas. Un inmenso dolor se añade al de siempre, el que comenzó hace 75 años con la expulsión en masa de un millón de habitantes para crear por la fuerza militar el Estado de Israel en 1948. No es solo una guerra, es pura limpieza étnica, es un genocidio.

En "Libros contra la Guerra", una red de librerías y editoriales puestas en pie contra las guerras que reune a una multitud de proyectos culturales comprometidos con la desmilitarización social, la justicia y la veracidad, nos negamos a ser parte del encubrimiento sistemático de décadas de colonización israelí que ha arrastrado a Palestina a una desgracia infinita. Hoy presenciamos un nuevo capítulo de la "Nakba", de la catástrofe, con las fuerzas de ocupación israelíes cometiendo ataques aéreos mortíferos en la Franja de Gaza, intensificando su bloqueo ilegal que dura ya 16 años, cortando el suministro de agua, combustible y otros bienes esenciales. Además, las fuerzas israelíes han detenido a más de 2.000 personas en la Cisjordania ocupada incrementando el uso de la tortura y otros malos tratos y negando a quienes detienen y a las presas en cárceles israelíes —6.800 personas— el acceso a visitas familiares y a ayuda médica. Mientras escribimos esta declaración, 1,5 millones de habitantes de Gaza, la mayoría refugiadas allí por agresiones israelíes anteriores, han sido desplazadas de sus casas a medida que el bloqueo israelí las priva de alimentos, agua, combustible y suministros médicos básicos, y más de 10.000 han sido asesinadas en todo un mes de bombardeos, 4.200 menores de edad, niñas y niños. Hoy, en un contexto occidental de auge del fascismo, hacemos un llamamiento a la honestidad sobre el pasado y el presente. Exigimos libertad y justicia para Palestina.

En este momento crítico, debemos utilizar todas nuestras herramientas culturales para detener el exterminio de Palestina y sus gentes. Los crímenes del Estado de Israel se apoyan en la destrucción progresiva de la memoria palestina, incluida la destrucción de archivos de su historia, y en una ola creciente de desinformación, la última de una larga campaña para normalizar los asentamientos y la violencia israelíes y, finalmente, conseguir adueñarse de todas las tierras palestinas. Quienes vivimos en países con gobiernos aliados de Israel tenemos la obligación especial de fortalecer el conocimiento público sobre la colonización de Palestina y sus dramáticas consecuencias, y luchar contra el olvido premeditado, la desinformación y la mentira.

Llamamos a:
- Informarse sobre el contexto histórico y las causas fundamentales de los acontecimientos actuales.
- Desconfiar de la supuesta neutralidad informativa. Muchas fuentes de noticias se esfuerzan por presentar las afirmaciones de cada «parte» sin una investigación o contexto independiente, lo que permite propagar la desinformación y encubrir la naturaleza de los acontecimientos actuales.
- Manifestarse contra la censura y apoyar a quienes quieren silenciar por hablar con honestidad sobre la situación en Palestina arriesgando sus profesiones y derechos.
- Que se defienda el derecho a la información y, en coherencia, se restablezca el acceso a Internet en Gaza, junto a todas las demás disposiciones humanitarias.
- Frenar la propaganda de guerra israelí con el desarrollo de programas y actividades en cualquier ámbito cultural y educativo o de enseñanza que incluyan voces palestinas y corrijan narrativas distorsionadas.
- Respaldar la campaña Palestina de «Boicot, desinversión y sanciones» (BDS) que busca presionar al Gobierno israelí para que cumpla con los estándares de derecho internacional, recomendaciones y resoluciones de organismos internacionales como las Naciones Unidas.
- Participar en las movilizaciones de protesta y solidaridad con Palestina.

Exigimos:
- Que nuestro gobierno denuncie con rotundidad las contravenciones israelíes del derecho internacional, las persiga judicialmente por tratarse de crímenes de lesa humanidad, y en coherencia, ponga fin al comercio de armamento con Israel. Solo en 2023, el Reino de España ha comprado material militar a Israel por valor de 300 millones de euros, unido a otros 700 millones comprometidos en adquisición de armamento para los próximos años.
- La entrada inmediata de ayuda humanitaria a Gaza, el cese de los ataques y el fin definitivo del asedio.
- El fin total y completo de la ocupación israelí y el respeto al derecho al retorno de todas las personas palestinas exiliadas.

La libertad en Palestina está estrechamente vinculada a la lucha global contra el racismo y la creciente islamofobia, estas fuerzas se interponen en el camino hacia la liberación mundial. Como proyectos culturales que nos esforzamos por fomentar el diálogo, el aprendizaje y el pensamiento crítico, derribar estas barreras es nuestro mayor deseo. Necesitamos estrategias y tácticas que funcionen a largo plazo, que puedan guiarnos en la acción de forma efectiva. Desde esta perspectiva, nos comprometemos a difundir voces de todas las procedencias que exigen una solución política y noviolenta del conflicto, incluso cuando esta parece estar más lejos y cuando desde los poderes estatales y los grandes medios de comunicación siguen empeñados en hacernos creer que todo empezó el pasado 7 de octubre. Creemos que es posible analizar las causas y las consecuencias de lo que está pasando sin asumir con resignación que la violencia es la única solución posible. La ocupación y la guerra para perpetuarla es un crimen contra la humanidad. ¡Del río al mar, Palestina será libre!".

11 de noviembre de 2023

Libros-con-Palestina


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NOTA: Adjuntamos la imagen que usaremos a modo de símbolo de esta campaña cultural.
Se trata de una adaptación realizada para la ocasión de Handala, el personaje icónico del dibujante palestino Naji al Ali (1938-1987), asesinado de un disparo en el rostro en Londres donde vivía exiliado.
Handala representa a un niño refugiado palestino, empobrecido y descalzo, que nos da la espalda mientras es testigo de la ocupación y de la violencia israelí. Handala es una representación simbólica de quien lo creó y de quienes sufren lo mismo, nació con diez años y siempre tendrá diez años. Esa es la edad que su autor tenía cuando salió a la fuerza de Palestina y sólo crecerá cuando regrese a su tierra. Las normas de la naturaleza no se cumplen en Handala, porque su vida sólo será natural cuando pueda volver a su hogar.
Su nombre proviene de Al Handal, el nombre árabe de una planta de raíces tan profundas que siempre vuelve a crecer aunque la arranquen y que da un fruto tan amargo que ni los animales más hambrientos del desierto lo comen, encarna la amargura, la resistencia y la dignidad.

domingo, 22 de octubre de 2023

¡PALESTINA LIBRE E INDEPENDIENTE!

La operación militar de Hamás de la resistencia palestina ha provocado la habitual oleada de declaraciones. Casi todos los gobiernos occidentales se han apresurado a «declarar su solidaridad con Israel por la cobarde agresión terrorista» (bloque estadounidense, es decir, UE y Commonwealth) o, por el contrario, a «expresar su apoyo al pueblo palestino por su iniciativa de resistir al invasor» (países árabes, islámicos, la mayor parte del Sur global).

Cabe reseñar que la actitud mecánica de tomar partido y apoyar lo que sea necesario, con insoportable talante «solucionista», sobre todo en países tan acostumbrados a dar lecciones, como los europeos, es precisamente lo que ha sostenido durante décadas esta interminable carnicería. Se trata de una actitud descaradamente irresponsable y cobarde.

Desde sus orígenes, el estado de las relaciones entre el sionismo y luego el Estado israelí y los palestinos en los territorios ocupados es de tal desequilibrio de fuerzas que el conflicto no puede definirse como un enfrentamiento, sino sólo como una dominación estructural de naturaleza colonial salpicada de episodios insurgentes. Una opresión puramente ejemplar, sin límites ni reparos, en un crescendo de abusos y atropellos. Con un retraso de 75 años, hoy se termina admitiendo que la situación es propia del apartheid.

Más allá de la espiral del lenguaje bipolar de las instituciones políticas y los medios de comunicación occidentales, se nos pide que condenemos el terrorismo, pero no que intentemos comprender sus causas. El Estado de Israel, como desahogo de los sentimientos de culpa de las potencias europeas, como supuesta reparación por la Shoah y como expresión de colonialismo occidental, plantea cuestiones mucho más profundas de las que las etiquetas del terrorismo y la guerra en Oriente Medio puedan indicar.

La única perspectiva de resolución de este conflicto es la justicia. No todo se resuelve con uno o dos estados. Lo racional y moral sería un solo estado donde todos vivieran con los mismos derechos. Otra opción, hoy igual de difícil de materializar sería la coexistencia de dos Estados soberanos. Aun con esto no se resuelve el llamado conflicto, queda la cuestión de los refugiados y la discriminación contra la minoría palestina en Israel. 

Debemos oponernos a la tendencia ya crónica al olvido y a la mentira de las clases dirigentes europeas, que tienen tanto el interés como la credibilidad potencial para mediar en este conflicto y desde hace décadas se han replegado en el servilismo a las instrucciones de Estados Unidos, que no tienen ni el interés ni la credibilidad para alimentar una paz duradera en Oriente Próximo.

Este NO a la invasión israelí de Gaza es el mismo NO a la guerra de Ucrania, a las guerras de Kosovo, Sudan, Nagorno Karabakh, Siria y muchos lugares más en llamas. Salir del tercermundismo humanitario, salir de la Alianza Atlántica, decir NO a la guerra, a todas las guerras, a la arrogancia y las mentiras, al colonialismo occidental.

 

Luz Gómez es catedrática de Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad Autónoma de Madrid. Es autora de varios ensayos y traductora de Mahmud Darwish al español. De sus numerosas traducciones del poeta palestino, En presencia de la ausencia (Pretextos, 2012), obtuvo el Premio Nacional de Traducción 2011. A su cargo ha estado la edición de BDS por Palestina (ediciones del oriente y del mediterráneo, 2014) Es editora y traductora de El poeta troyano. Conversaciones sobre poesía (ediciones del oriente y del mediterráneo 2023).

Olga Rodríguez es periodista, investigadora y escritora especializada en información internacional, Oriente Medio y Derechos Humanos. Ha desarrollado su carrera en la Cadena Ser, Cuatro, CNN y en el diario.es, medio del que es cofundadora. Ha cubierto los conflictos más importantes de las últimas dos décadas en Oriente Medio y el norte de África. Es integrante de la Asociación de Periodistas de Madrid y de la Junta directiva de la UNRWA España (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos).

Isaías Barreñada es profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid. Sus áreas de investigación son la relaciones internacionales en los países árabes, la política exterior española y europea, Palestina-Israel y el Sahara Occidental. Autor de numerosos artículos y ensayos. Su último libro, con José Abu Tarbush es PalestinaDe los acuerdos de Oslo al apartheid (2023).

Ignacio Castro Rey, es filósofo, crítico de cine y arte, gestor cultural y profesor. Además de múltiples artículos y conferencias, ha publicado diversos libros. El último de ellos se llama Lluvia Oblicua (Ed. Pretextos 2020) seguido de Mil días en la montaña (Roxe de Sebes) (Ed. FronteraD, 2019) y Ética y desorden (Pretextos, 2017). Anteriormente ha publicado también, entre otros, Votos de riqueza (Madrid, 2007), Roxe de Sebes (A Coruña, 2011) y La depresión informativa del sujeto (Buenos Aires, 2011). 

Breve bibliografía sobre el tema: https://www.enclavedelibros.com/categoria/palestina-biblio_W69



sábado, 21 de octubre de 2023

LLAMAMIENTO DE LOS SINDICATOS PALESTINOS PARA DEJAR DE ENVIAR ARMAMENTO A ISRAEL Y ACABAR CON LA COMPLICIDAD

Israel ha exigido que 1,1 millones de palestinos evacúen la mitad norte de Gaza, mientras la somete a constantes bombardeos. Esta despiadada decisión es parte del plan israelí, reforzado por el apoyo inquebrantable y la participación activa de Estados Unidos y la mayoría de los estados europeos. Este plan tiene como objetivo llevar a cabo masacres atroces y sin precedentes contra 2,3 millones de palestinos en Gaza y llevar a cabo una limpieza étnica total. Desde el sábado, Israel bombardea Gaza de forma indiscriminada e intensa: ha cortado la electricidad, el agua, el acceso al combustible, los alimentos y los suministros médicos. Israel ha matado a más de 2.700 palestinos –incluidos 614 niños–, arrasando barrios enteros, aniquilando a familias enteras e hiriendo a más de 10.000 personas. Algunos expertos en derecho internacional han comenzado a advertir sobre estos actos potencialmente genocidas por parte de Israel.

En otros lugares, el gobierno de extrema derecha de Israel ha distribuido más de 10.000 fusiles a colonos extremistas en la Palestina de 1948 y en la Cisjordania ocupada para ayudar a intensificar sus ataques y lanzar pogromos contra el pueblo palestino. Las acciones, masacres y retórica de Israel demuestran su intención de llevar a cabo una segunda Nakba, prometida desde hace mucho tiempo, expulsando a tantos hombres y mujeres palestinos como sea posible y creando así un "nuevo Medio Oriente" en el que el pueblo palestino seguirá viviendo en perpetua sumisión.

La respuesta de los Estados occidentales ha sido de apoyo completo y total al Estado de Israel, sin siquiera una mínima defensa del derecho internacional. Esto ha incrementado la impunidad de Israel, dándole carta blanca para librar su guerra genocida. Más allá del apoyo diplomático, los estados occidentales proporcionan armas a Israel, autorizando las actividades de las compañías armamentísticas israelíes dentro de sus propias fronteras.

Mientras Israel intensifica su campaña militar, los sindicatos palestinos están pidiendo a sus homólogos internacionales y a todas las personas de conciencia que pongan fin a todas las formas de complicidad en los crímenes israelíes: que pongan fin urgentemente al comercio de armas con Israel, así como a cualquier financiación e investigación militares.El momento de actuar es ahora: hay vidas palestinas en juego.

Esta situación urgente y potencialmente genocida sólo puede evitarse mediante un aumento masivo de la solidaridad global con el pueblo palestino, capaz de frenar la maquinaria de guerra israelí. Necesitamos que usted tome medidas inmediatas – dondequiera que esté en el mundo – para detener el armamento del Estado de Israel y a las empresas involucradas en la infraestructura del bloqueo. Nos inspiramos en movilizaciones sindicales anteriores en Italia, Sudáfrica y Estados Unidos, así como en movilizaciones internacionales similares contra la invasión italiana de Etiopía en los años 1930, contra la dictadura fascista en Chile en los años 1970, al igual que otras acciones en otros lugares, donde la solidaridad mundial pudo limitar el alcance de la brutalidad colonial.

Hacemos un llamamiento a los sindicatos de los sectores afectados a:

     Negarse a fabricar armas para Israel.
     Negarse a transportar armas a Israel.
     Adoptar sobre ello mociones en su sindicato.
     Tomar medidas contra las empresas cómplices involucradas en la implementación del brutal e ilegal asedio de Israel, especialmente si tienen contratos con su institución.
     Presionar a los gobiernos para que pongan fin a todo comercio militar con Israel y, en el caso de Estados Unidos, a su financiación.

Hacemos este llamamiento cuando vemos intentos de prohibir y silenciar cualquier forma de solidaridad con el pueblo palestino. Les pedimos que hablen y actúen frente a la injusticia, como lo han hecho los sindicatos en el pasado. Lanzamos este llamamiento con la convicción de que la lucha por la justicia y la liberación palestina no es sólo una lucha determinada por particularidades regionales y globales. Es una palanca para la liberación de todos los pueblos desposeídos y explotados del mundo.

Federación General Palestina de Sindicatos, Gaza

Sindicato General de Trabajadores del Servicio Público y del Comercio

Sindicato General de Trabajadores Municipales

Sindicato General de Trabajadores de Jardines de Infancia

Sindicato General de Trabajadores de Petroquímica

Sindicato General de Trabajadores Agrícolas

Unión de Comités de Mujeres Palestinas

Sindicato de Trabajadores de Medios de comunicación e Impresión

Federación General Palestina de Sindicatos (PGFTU)

Sindicato General de Maestros Palestinos

Unión General de Mujeres Palestinas

Unión General de Ingenieros Palestinos

Asociación de Contadores Palestinos

Federación de Asociaciones Profesionales que incluyen:

Asociación Dental Palestina – Centro de Jerusalén

Asociación de Farmacéuticos Palestinos – Centro de Jerusalén

Asociación Médica - Centro de Jerusalén

Asociación de Ingenieros - Centro de Jerusalén

Asociación de Ingenieros Agrícolas - Centro de Jerusalén

Sindicato de Veterinarios – Centro de Jerusalén

Sindicato de Periodistas Palestinos

Colegio de Abogados Palestino

Asociación Palestina de Enfermería y Partería

Sindicato de Trabajadores de Jardines de Infancia

Sindicato Palestino de Trabajadores de Servicios Postales

Federación de Sindicatos de Profesores y Empleados de Universidades Palestinas

La Federación General de Sindicatos Independientes, Palestina

La Nueva Federación Palestina de Sindicatos

Unión General Palestina de Escritores

Sindicato de contratistas palestinos

Federación de Sindicatos de Profesionales de la Salud

Sindicato Palestino de Psicólogos y Trabajadores Sociales

Fuente: Red Sindical Europea por la Justicia en Palestina

Exculpar a Israel, por Teresa Aranguren

 Exculpar a Israel, por Teresa Aranguren, en Otras miradas, Público, 19/10/23

"Parece que ha sido el otro equipo, no tú", le dice Joe Biden a un Benjamín Netanyahu con cara de pocos amigos. El presidente estadounidense luce una sonrisilla de conejo que desentona bastante con la gravedad del tema y del momento; tanto da que hable de bebés decapitados repitiendo un bulo que su equipo de la Casa Blanca se vio forzado a desmentir a las pocas horas, como que se apunte al "yo no he sido" del gobierno israelí al día siguiente del bombardeo del hospital Al-Ahli en la ciudad de Gaza, la sonrisilla de conejo permanece fijada a la cara del Sr. Presidente como una máscara de Halloween. Y la verdad resulta bastante irritante. Por no decir obscena.

Cuando las terribles escenas de los cuerpos desmembrados, los cadáveres carbonizados,  los lamentos de los heridos, el horror en la mirada de los niños, el desconsuelo de las madres que abrazan, en un último e inútil esfuerzo de protección, el cuerpo sin vida de su bebé, cuando los gritos de los supervivientes y la desolación en el rostro de los médicos que siguen intentando, pese a todo, paliar el dolor que les rodea,  inundan las pantallas de las televisiones y recorren  las redes sociales, las palabras del presidente estadounidense nada más llegar a la región no son de condena, ni siquiera de compasión, son para exculpar a Israel del atroz crimen que ha provocado un clamor de indignación en el mundo árabe y en gran parte de la opinión pública occidental. Así que ahora la tarea es exculpar a Israel.

Por eso conviene recordar que apenas media hora antes del bombardeo del hospital Al-Ahli, una de las escuelas de la UNRWA en el campo de refugiados Al-Magahaz donde cientos de familias habían buscado refugio, también fue bombardeada por Israel, hubo seis muertos y decenas de heridos, una cifra que comparada con las más de quinientas víctimas mortales del ataque al hospital parece irrelevante. Pero no lo es.  El ataque a la escuela de la UNRWA, práctica por lo demás habitual en las anteriores ofensivas israelíes, es crimen de guerra, como lo es disparar contra las ambulancias, más de 20 en estos días, matar a trabajadores humanitarios, 14 empleados de UNRWA muertos, a periodistas, 17 informadores locales muertos, o impedir la entrada de agua, combustible, suministro eléctrico, alimentos y material sanitario a más de dos millones de personas cercadas en una franja de 365 kilómetros cuadrados entre el mar y la valla que separa a Gaza de territorio israelí.

Pero ahora, al parecer, la cuestión clave es determinar quién disparó el misil que provocó la matanza en el hospital Al-Ahli y, dado que ni la versión israelí ni la de Hamás son fiables, habrá que esperar el dictamen de una comisión independiente que investigue sobre el terreno lo sucedido. O sea, cuestión como mínimo de meses, ya que lo más probable, a juzgar por experiencias anteriores, es que Israel no permita la entrada de ningún equipo investigador en el territorio de la Franja o lo dilate tanto que al final la comisión no tenga sentido.
Un ejemplo muy ilustrativo: lo ocurrido en abril del 2002 durante la operación militar "Cinturón defensivo", en la que el ejército israelí ocupó de nuevo las ciudades de Cisjordania, entre ellas el campo de refugiados de Jenin que durante tres semanas fue bombardeado mientras la población permanecía sometida a toque de queda sin siquiera poder socorrer a los heridos que se desangraban en las calles. Cuando los primeros periodistas llegamos allí, los habitantes del campamento escarbaban la tierra sacando cadáveres con las manos, ya que el ejército israelí aún impedía el acceso por carretera a los convoyes con material de rescate y ayuda humanitaria.  El número de muertos, según Israel, no llegaba a los 30, según los supervivientes se contaba en centenares. De modo que el 19 de abril de 2002, un día después de la salida del ejército israelí del devastado campamento, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la resolución 1405 en la que se pedía al Secretario General que formase un equipo de "clarificación de los hechos".

El 22 de abril, Kofi Annan presentó el equipo que estaba encabezado por el finlandés Mati Ahtisaari. El equipo se reunió en Ginebra con la intención de salir hacia Jenin el 25 de abril.

El gobierno israelí rechazó esa fecha. La salida del equipo se pospuso al 27 de abril.
El día 27, Israel presentó una nueva serie de alegaciones, entre ellas que el tema tenía que ser debatido en la reunión del Comité Ministerial de Seguridad Nacional de su gobierno que, dado que comenzaba el Sabbat, no tendría lugar hasta el 30 de abril.

El 30 de abril el Comité Ministerial para la Seguridad Nacional de Israel emitió el siguiente comunicado: "Israel ha presentado a Naciones Unidas una serie de cuestiones esenciales que requieren ser examinadas detenidamente. En tanto estas cuestiones no se hayan resuelto el equipo de clarificación de los hechos no podrá iniciar su trabajo". El 3 de mayo el equipo que nunca llegó a Jenin fue desmantelado.

Otro ejemplo más reciente es el del asesinato de la corresponsal de Al Jazeera, la periodista palestino-estadounidense Shereen Abu Akleh cuando cubría una incursión del ejército israelí en Jenin. Pese a que los testimonios de los testigos no dejaban lugar a dudas sobre cómo se produjeron los hechos, se tardó casi un año en dictaminar que el autor del disparo mortal había sido un soldado israelí y no milicianos palestinos como Israel alegaba. Para entonces el caso había dejado de ser noticia en los medios.

Un viejo y conocido truco de la manipulación informativa consiste en demorar al máximo el impacto de una noticia negativa para nuestros intereses. Y un modo de demorar ese impacto es primero negar la veracidad de la noticia y cuando eso sea imposible sembrar dudas sobre la autoría del hecho.  Así durante un tiempo la noticia por muy estremecedora que sea quedará en suspenso a la espera de un hipotético futuro dictamen que difícilmente, debido al paso del tiempo, podrá incidir en la realidad en la que los hechos sucedieron.

De modo que no soy muy optimista respecto a la eficacia de una futura comisión independiente, aunque sí creo que hay que exigirla y luchar por ella y forzar a las partes, especialmente a quien tiene poder para boicotearla, en este caso sin duda Israel, a respetar su trabajo y sus conclusiones. Pero no hay que delegar todo en ella. No existe solo la versión de Israel y la de Hamás. Están los testimonios de los supervivientes que pueden examinar los restos del proyectil y determinar si es un misil o un cohete y si la capacidad destructiva del arma empleada se corresponde con uno u otro. Y están sobre todo las circunstancias que acompañaron el ataque.

La misma tarde en la que iba a tener lugar el bombardeo del hospital en la ciudad de Gaza, el ejército israelí había lanzado varias advertencias anunciando que iban a bombardear el hospital Al-Ahli y que este debía ser evacuado inmediatamente. Los médicos y todo el personal sanitario, esos héroes silenciosos que al borde de la extenuación siguen haciendo su trabajo, intentando paliar el horror, rechazaron un ultimátum imposible de cumplir sin poner en riesgo extremo la vida de sus enfermos y sin abandonar a todas las personas que habían buscado refugio en el recinto hospitalario.  El ataque tuvo lugar a las siete de la tarde, hora de Gaza.

Quizás la amenaza que precedió al bombardeo no sea prueba suficiente, pero es un indicio bastante claro. Y es, por sí misma, un crimen.

Artículo completo en Otras miradas


martes, 28 de febrero de 2023

GRUPOS JUDÍOS DE TODO EL MUNDO APLAUDEN A LA ALCALDESA DE BARCELONA ADA COLAU

 

El colectivo judío internacional por la justicia en Palestina (IJCJP, por sus siglas en inglés) lo componen grupos y personas judías procedentes de quince países. Desde numerosas ciudades de todo el mundo, sus adherentes celebran la decisión de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de interrumpir las relaciones con Israel hasta que todas las personas de Israel/Palestina disfruten plenamente de sus derechos, su seguridad y su autodeterminación.
 
Las ciudades son actores esenciales de la justicia social, pues son el centro de nuestra vida cotidiana. Personas de todas las etnias e identidades comparten las calles, las escuelas, los autobuses, la cultura y los acontecimientos de nuestras ciudades. Creamos lazos, nos ayudamos mutuamente en caso de necesidad y con nuestra diversidad enriquecemos la vida urbana.
 
No sucede así en Israel, donde el apartheid reparte los derechos, el espacio, los servicios públicos, la protección, la justicia y las perspectivas de vida según criterios étnicos.
Mientras que las ciudades de Israel no sean compartidas, no debemos normalizar la violencia estructural del apartheid. Agradecemos a la alcaldesa y los ciudadanos de Barcelona que se hayan negado a no querer ver abusos que no tolerarían en sus propias calles. Gracias a acciones basadas en principios como los de Barcelona, podemos exigir un cambio.
 
Nos entristece constatar que la alcaldesa Colau haya sido atacada por haber apoyado derechos humanos y políticos universales. El principio de que todos los miembros de la sociedad deban vivir con arreglo a una única e idéntica ley es al mismo tiempo una enseñanza tradicional judía y un pilar de la justicia laica. Nos sentimos solidarios de los barceloneses que han actuado para hacerlo respetar.
 
El ejemplo de Barcelona nos llama a redoblar esfuerzos a escala local para que nuevas ciudades defiendan la justicia.
 
Signatarios:
International Jewish Collective for Justice in Palestine
Alternative Jewish Voices of Aotearoa New Zeland
South African Jews for a Free Palestine (SAJFP)
Jews Say No, US
Jewish Voice for a Just Peace in the Middle East, Germany
Zochrot, Israel
International Jewish Anti-Zionist Network (IJAN), Argentina
International Jewish Anti-Zionist Network (IJAN), España
Boycott from Within  (Israeli Citizens for BDS)
UJFP (French Jewish Peace Union)
Jewish Network for Palestine (JNP), Reino Unido
Jewish Voice for Peace, US
Jews 4 Palestine-Ireland
Independent Jewish Voices, Canadá
Jews Against the Occupation, Australia
Jewish Voice for Labour (Reino Unido)
Texto completo en BDS France