jueves, 25 de septiembre de 2025

Gaza, la masacre silenciosa: un informe enumera el patrimonio cultural destruido


 


Finestresull’Arte | Redazione | 24/9/2025

En Gaza, no sólo está a la vista de todos la tremenda masacre de civiles. También hay una devastación de la que se habla poco, ya que la prioridad son las vidas humanas, pero que se produce en paralelo: es la devastación del patrimonio cultural de Gaza. La semana pasada, la organización PEN América, que lleva sensibilizando sobre la libertad de expresión y los derechos humanos desde 1922, elaboró un informe, titulado Todo lo que se ha perdido, en el que se documentan todos los daños que está sufriendo el patrimonio cultural de Gaza. El análisis se llevó a cabo mediante una revisión de pruebas y entrevistas con trabajadores culturales palestinos y se centra en la catastrófica amenaza existencial que sufre la cultura palestina en la Franja de Gaza. Esta crisis se ve agravada por el hecho de que artistas, escritores y trabajadores culturales se ven obligados a exiliarse o son asesinados, mientras que su patrimonio cultural es sistemáticamente demolido por los ataques militares del ejército israelí. Y para los palestinos, que han sufrido décadas de guerra, represión, ocupación y desplazamiento, la cultura es esencial para expresar y preservar su historia.

El alcance de la destrucción es impresionante, y probablemente subestimado, dada la continuación de las hostilidades incluso en los meses posteriores a la realización de las primeras evaluaciones. Según el informe, las fuerzas armadas israelíes destruyeron o dañaron un número considerable de lugares de gran importancia religiosa y cultural. Un análisis realizado por el proyecto EAMENA (Arqueología en Peligro en Oriente Medio y el Norte de África) en colaboración con el Centro para la Preservación del Patrimonio Cultural (CCHP) cartografió y verificó 316 lugares y edificios históricos, concluyendo que hasta 226 de ellos habían sufrido daños. Los esfuerzos iniciales de conservación de emergencia se estimaron en unos 36,4 millones de dólares (31,2 millones de euros), mientras que la reconstrucción completa podría llevar hasta ocho años, con un coste previsto de unos 304 millones de dólares (261 millones de euros).

 

Aniquilación de centros de conocimiento y bibliotecas

La campaña militar ha asestado un golpe devastador a la educación superior y a la vida intelectual en Gaza. El informe concluye que todas las escuelas superiores y universidades de Gaza han sido parcial o totalmente destruidas. En este contexto, la educación desempeña un papel especialmente vital, ya que ofrece oportunidades de progreso, contacto con el mundo exterior y espacios para el aprendizaje en un territorio con severas restricciones de movimiento y acceso.

Entre las instituciones afectadas se encuentra la casi total devastación de la Universidad Islámica de Gaza, que albergaba por sí sola una biblioteca con 130.000 volúmenes. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) afirmaron que la universidad servía de centro operativo, militar y político de Hamás, y que también se utilizaba para el desarrollo y la producción de armas. Sin embargo, PEN America expresó su preocupación por el hecho de que la magnitud de los daños indicara una falta de distinción entre objetivos militares y civiles específicos, o daños desproporcionados en relación con la ventaja militar obtenida. Las pérdidas humanas para la comunidad académica fueron igualmente catastróficas, con al menos 105 académicos muertos a mediados de 2024. Entre las víctimas más destacadas se encuentra el rector de la Universidad Islámica, Sofyan Taya, físico y matemático de renombre, que murió en un ataque en Yabalia junto con su familia.

La Universidad de Al-Azhar también sufrió grandes daños, incluidos ataques aéreos y demoliciones controladas. Según testimonios de soldados, incluso una mezquita del interior del campus de Al-Azhar fue bombardeada. Del mismo modo, la Universidad de Al-Israa, la última institución de enseñanza superior que quedó relativamente intacta, fue destruida en gran parte en enero de 2024 mediante demoliciones controladas tras ser ocupada por las fuerzas israelíes durante 70 días. La universidad albergaba también un museo nacional con más de 3.000 objetos arqueológicos. Ahmed Alhussaina, vicepresidente de asuntos financieros y administrativos de la Universidad Al-Israa, expresó su temor de que una destrucción tan generalizada sea un acto deliberado destinado a borrar la memoria y el valor arqueológico de la cultura palestina. El concepto de “escolasticidio” fue planteado por los expertos de la ONU en relación con el 80% de las escuelas y universidades dañadas o destruidas, lo que sugiere un supuesto esfuerzo deliberado por desmantelar todo el sistema educativo palestino.

Además de los edificios universitarios, el informe destaca la destrucción de al menos once bibliotecas y ocho editoriales e imprentas. La Biblioteca Pública de Gaza, fundada en 1999 con fondos del Banco Mundial y que contenía 10.000 libros en árabe, inglés y francés, fue completamente destruida. Los Archivos Centrales de la ciudad de Gaza, que contenían unos 110.000 documentos históricos, fotos y mapas de más de 150 años de antigüedad, también fueron completamente destruidos por los ataques aéreos.

Una pérdida especialmente dolorosa para la comunidad intelectual es la destrucción de la Biblioteca Pública Edward Said de Beit Lahia, la primera biblioteca en lengua inglesa de Gaza, fundada por el poeta y profesor Mosab Abu Toha. La destrucción del edificio de la biblioteca fue confirmada por testigos presenciales en enero de 2025, tras el alto el fuego. El propio Abu Toha, que perdió el borrador casi terminado de su novela y toda su biblioteca personal tras el arrasamiento de su casa, expresó su dolor por la pérdida de “todos los sueños” quemados por la campaña de Gaza. La Biblioteca Samir Mansour, un centro cultural de tres plantas, sufrió graves daños en octubre de 2023, tras haber sido reconstruida hacía poco después de los daños sufridos en un ataque anterior en 2021.

Mosab Abu Toha en la biblioteca Edward Said de Gaza antes de su destrucción por el ejército israelí.
Mosab Abu Toha en la biblioteca Edward Said de Gaza antes de su destrucción por el ejército israelí.

Patrimonio religioso e histórico devastado

La destrucción no perdonó a los lugares de culto. La Gran Mezquita de Omar, el edificio religioso más antiguo y grande de Gaza, cuyos orígenes se remontan al siglo VII (sobre una estructura bizantina del siglo V), fue destruida en gran parte en diciembre de 2023, después de que su minarete sufriera daños anteriormente. Esta mezquita era un centro cultural y social clave. Su biblioteca, que data del siglo XIII, contenía una importante colección de libros y manuscritos raros. Las FDI afirmaron que la mezquita era utilizada por combatientes de Hamás y ocultaba la entrada a un túnel, pero estas afirmaciones no han podido ser verificadas de forma independiente. El experto en patrimonio cultural Akram Lilja opinó que la mezquita fue atacada varias veces, no por actividades militares, sino por el fuerte vínculo espiritual y social que la población de Gaza tenía con ella.

Una investigación de Bellingcat documentó que al menos 100 mezquitas fueron dañadas o destruidas durante el conflicto. Algunas de ellas fueron demolidas mediante detonaciones controladas. Algunos soldados de las FDI afirmaron que todas las casas, mezquitas y escuelas se habían utilizado con fines terroristas. Las iglesias de Gaza también sufrieron daños. La iglesia ortodoxa griega de San Porfirio, la iglesia en activo más antigua de Gaza, que data del siglo XII, fue alcanzada el 19 de octubre de 2023. En el ataque murieron al menos 18 personas que habían buscado refugio allí. Los ataques contra la iglesia y sus instituciones fueron condenados por el Patriarcado Ortodoxo de Jerusalén como crimen de guerra. El complejo de la iglesia católica de la Sagrada Familia también recibió varios impactos.

Entre los lugares históricos de importancia no religiosa destruidos se encontraba el Hammam al-Samra, un baño turco de la época otomana que data de hace más de 750 años y que fue completamente arrasado por ataques aéreos en diciembre de 2023. Este edificio, restaurado en 2022, era una importante atracción turística y patrimonio cultural. El Qasr al-Pasha, un fuerte del siglo XIII utilizado en época otomana y convertido posteriormente en museo por el Ministerio de Turismo palestino, fue destruido por ataques aéreos en diciembre de 2023. El fuerte albergaba cientos de objetos antiguos y sarcófagos únicos.

El Informe de PEN América también documenta la destrucción del Centro Cultural Rashad al-Shawwa y los daños sufridos por el Museo Cultural Al-Qarara, que albergaba 3.500 objetos arqueológicos, históricos y folclóricos. Las imágenes por satélite indican que los mosaicos bizantinos de 1.500 años de antigüedad descubiertos en 2022 cerca de Bureij, considerados uno de los mayores tesoros arqueológicos de Gaza, han sufrido graves daños debido a las actividades militares en los alrededores, posiblemente relacionadas con la ampliación de la “zona tampón” israelí.

 

Saqueo y riesgo de borrar la identidad

La destrucción del patrimonio cultural se ve exacerbada por los informes de saqueos y destrucción intencionada de bienes culturales muebles. El informe identificó al menos tres casos de incendio provocado de libros y dos casos de saqueo de objetos arqueológicos. Algunos vídeos mostraban a soldados israelíes intentando quemar coranes en mezquitas y libros en una biblioteca universitaria. Sin embargo, las IDF abrieron una investigación sobre estos incidentes, calificándolos de “graves” e incoherentes con sus valores.

En cuanto a los saqueos, el museo de la Universidad de Al-Israa fue saqueado antes de ser demolido. Del mismo modo, el museo y hotel Al-Mathaf, que albergaba una colección privada de objetos arqueológicos reunidos por Jawdat al-Khoudary, denunció la desaparición de objetos y daños por incendio tras haber estado bajo control israelí durante meses. En enero de 2024, la Universidad de Birzeit denunció en las redes sociales el presunto robo de 3.000 objetos de su museo nacional por parte de fuerzas militares israelíes, antes de que el museo fuera bombardeado para encubrir el presunto delito.

La biblioteca en lengua inglesa Edward Said fundada por el poeta de Gaza Mosab Abu Toha, destruida por los bombardeos israelíes.
La Biblioteca Edward Said después de su destrucción por el ejército israelí.
 

 

Repercusiones jurídicas y exigencias de justicia

PEN América afirma que los ataques contra infraestructuras civiles, incluido el patrimonio cultural, han sido indiscriminados o directamente dirigidos. Estas acciones, ya sean intencionadas o imprudentes, violan las leyes internacionales, en particular la Convención de La Haya de 1954 para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado, y pueden constituir crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Según la política de la Corte Penal Internacional (CPI) sobre Patrimonio Cultural, los delitos que afectan al patrimonio cultural “pueden constituir en sí mismos crímenes contra la humanidad” y pueden aportar pruebas de tales crímenes, sugiriendo que la población civil era el objetivo principal. Aunque la destrucción cultural no es explícitamente un acto necesario para demostrar el genocidio, en algunos casos se ha citado como prueba de la intención genocida. La Oficina de las Naciones Unidas para la Prevención del Genocidio también considera la destrucción de bienes de importancia religiosa y cultural como un posible indicador de intención genocida.

PEN América también considera que la destrucción cultural en curso es expresión de una peligrosa narrativa: que Gaza carece de historia, cultura o cualquier cosa que merezca la pena preservar. De ser así, la erradicación de la identidad de Gaza sería una violación atroz de los derechos humanos de los palestinos y una negación de la contribución histórica y cultural de Gaza al mundo. Los artistas y escritores palestinos entrevistados hicieron hincapié en que la cultura es un medio vital de resistencia y expresión de su identidad.

PEN América ha pedido al gobierno israelí que cese inmediatamente sus ataques contra el patrimonio cultural palestino y que cumpla con sus obligaciones internacionales. La organización insta también a la comunidad internacional a investigar la destrucción cultural como posible prueba de crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad e intención genocida.

[artículo completo publicado en la versión en español de Finestresull'Arte el 24 de septiembre de 2024 

 

lunes, 15 de septiembre de 2025

Un grito contra el infanticidio en Gaza

 

Pronunciamiento de la literatura infantil argentina por Palestina

Un grito contra el infanticidio en Gaza

Escritores, ilustradores, editores, piden que "cese el exterminio planificado sobre el pueblo gazatí", en defensa de los derechos de los niños y niñas.

Karina Micheletto | Editora de la sección El País de Página/12.

“Volvemos a levantar nuestra voz, habida cuenta de que el plan de exterminio no solo no ha cesado sino que recrudece día a día”. El contundente pronunciamiento cobra relevancia por provenir de Alija, la entidad que reúne a quienes hacen la literatura infantil y juvenil en Argentina. La institución se suma “a los pronunciamientos por la paz de todos los organismos de derechos de las infancias del mundo, para exigir que cese el exterminio planificado sobre el pueblo gazatí”. Pide “que se respete el derecho a la vida de sus niños, niñas y jóvenes, que son asesinados y mutilados a diario”. “Y que se castigue a quienes están cometiendo estas atrocidades generando, además, en quienes logran sobrevivir, heridas físicas y psicológicas que dejarán marcas indelebles”, suma.

“Las infancias son el objeto y el sujeto de quienes trabajamos con el arte para niños, y si no mencionamos esto, nada de lo que hacemos tiene sentido”, advierte David Wapner, reconocido escritor y editor que desde hace 27 años vive con su esposa, la artista visual Ana Camusso, en Arad, al sur de Israel, sobre el Mar Muerto. “Desde aquí vivimos esto con total desesperación, angustia e impotencia”, lamenta, y cuenta que todos los días habla con su amigo, el reconocido poeta y maestro Nasser Rabah, que está en la Franja, “como una forma de acompañarlo, porque es lo único que podemos hacer”.

 

Wapner vive cerca de dos de las tres bases de la fuerzas aérea más importantes de Israel: “De acá salen los bombardeos para Gaza, para el Líbano, para Irán. Todos los días y las noches sentimos los aviones pasar. Y a las 4, 5 de la mañana se llevaban a cabo los programas de inteligencia artificial, como uno llamado Where is Daddy (Dónde está papá), que marca un blanco y espera la hora en que el padre vuelve a dormir para bombardear su casa, y matar de un saque a sus hijos, sus padres, toda su familia, porque los árabes viven juntos”, describe.

 

"La infancia ha sido el objeto central de este genocidio, porque es una limpieza étnica, donde los palestinos deben ser arrasados, ya sea de la vida o expulsados de esta tierra. Eso es el pensamiento del Estado de Israel, y por eso hay un cálculo que recorre el mundo: Todos los días es asesinada un aula de chicos, 27, 30 chicos, los niños son el 40 por ciento de los asesinados en este genocidio. Y no solo han sido asesinados, sino que las escuelas han sido arrasadas, no existen más escuelas, no existen más las bibliotecas, sus maestros han sido masacrados, sus padres han sido masacrados, sus abuelos. El niño que no está muerto está herido, y quien no está herido, está muriendo de hambre", alerta Wapner.

 

Lo intolerable

 

La escritora María Teresa Andruetto, ganadora del prestigioso Hans Christian Andersen -el premio más importante de la LIJ- puso en primer plano el tema cuando inauguró la última Feria del Libro Infantil de Buenos Aires. "Todas las personas debiéramos pronunciarnos frente a este genocidio, esta carnicería que se está produciendo contra un pueblo. Porque es contra ese pueblo y de algún modo también contra toda la humanidad", repone ahora en diálogo con Página/12.

"Pero particularmente para nosotros, personas que escribimos, ilustramos, investigamos, pensamos, enseñamos, reflexionamos en torno a las infancias, este infanticidio que Israel comete contra el pueblo Gaza y contra el pueblo palestino es verdaderamente intolerable", marca la autora de El vestido.

"Más aún si pensamos que el IBBY (International Board of Books for Young People, la organización mundial más importante del campo) fue creada por Jella Lepman, una filántropa que levantó los tres pilares del campo mundial de la literatura para niños y jóvenes: la Feria del Libro Infantil de Bolonia, el Premio Andersen y la institución IBBY. Y la creó precisamente en respuesta al genocidio del nazismo contra el pueblo judío, gitano y otros pueblos", recuerda. "Eso que está en el corazón mismo de la fundación del campo de la literatura infantil, hoy parece fundamental pronunciarlo, frente a esta destrucción humanitaria que Israel está cometiendo y que no tiene ya nombre", advierte.

El escritor Mario Méndez, presidente de Alija (una entidad que es miembro de IBBY a nivel local), repasa que esta asociación internacional se pronunció ya en 2023 pidiendo por la paz y en contra del infanticidio en Gaza, y que Alija reprodujo ese repudio y sostuvo ese mensaje de distintas maneras. "Ante el recrudecimiento del plan de exterminio y el desproporcionado ataque de un Estado poderoso contra un Estado desprotegido como es el gazatí, Alija vuelve a pronunciarse, pidiendo por los niños, las niñas y los jóvenes que son asesinados día a día, que son heridos física y psicológicamente, con heridas que dejarán marcas indelebles. Pedimos por el cese del infanticidio, en línea con los clamores de asociaciones de todo el mundo, colectivos de escritores y escritoras, especialistas, editores, que se manifiestan cotidianamente", explica.

En la Argentina este manifiesto viene siendo impulsado largamente por escritoras e ilustradores como Andruetto, Matías Trillo, Paula Bombara, Roberta Iannamico, Laura Escudero, también Adolfo Córdoba desde México o Wapner desde Israel, entre muchos y muchas. 

El milagro de jugar a la pelota

Como muchos desde Gaza, el doctor Refaath Alathamna describe diariamente los padecimientos que atraviesa con sus cinco hijos, uno de ellos, el niño cuya foto acompaña esta nota, que con sus cuatro años “prácticamente no ha conocido más que esta vida, que no es tal”, lamenta. Con su doble nacionalidad palestina boliviana, pide -hasta el momento sin éxito- poder sumarse a un vuelo de evacuación de los que realizan varios países (recientemente hizo uno Chile).

Junto al relato de la búsqueda de comida y agua a precios exorbitantes, misiles y muertes de familiares cercanos, desplazamientos continuos, narra estremecedoras postales cotidianas. Como la que surgió tras volver a su casa, o lo que quedaba de ella, con sus hijos,

"Ayham volvió a tener su pelota. La misma que perdió cuando huimos. La misma que me pidió durante meses, con esa insistencia que solo los niños conocen.

 Ahora la tiene. Y su sonrisa lo dice todo.

 Pero no puede jugar en la calle.

 No hay lugar seguro.

 La calle en frente de mi casa tampoco. Ya lo vieron a primeros de este mes, donde todos nos salvamos de milagro.

 Ayham juega en casa con su hermano mayor. Entre paredes que tiemblan. Sobre un suelo que ya no es seguro. Con una pelota que rebota contra el silencio. Y aun así, juega. Porque los niños de Gaza no esperan a que el mundo les devuelva la infancia. La inventan. La defienden. La celebran.

 Esta foto es un milagro. Pero también es una pregunta: ¿cuánto tiempo más tendrá que jugar solo dentro de casa? ¿cuánto tiempo más estará sin comer lo que un niño necesita para crecer? ¿Hasta cuándo podré distraerle con la pelota?".

sábado, 30 de agosto de 2025

POESÍA DESDE GAZA



 "La bala", por Sahar Rabah

 

 

La bala pasa junto a ti

en la estela de su eco cuentas los deseos

estás agotado de esperarlos los absuelves

y dices: tal vez haya más esperando a toda una vida.

 

La bala pasa junto a ti

así que esbozas un cordel y un avión de papel

los dedos misericordiosos de un niño lo atrapan

solo para que el azar también te libre

de la sangre de la masacre.

 

La bala pasa junto a ti

duermes una hora más

sueñas que una rosa crece

en el fondo de tus venas

y una lluvia ligera cae sobre

los bordes del corazón para

hacer sitio al poema

 

la bala pasa junto a ti

los árboles de sombra se estiran y dormitan

como tu pena olvidada por allí

más allá de la valla al cementerio.

 

La bala pasa junto a ti

una paloma sacude las estrellas de sus alas

arrojando paz sobre tu oscuro camino.

 

La bala pasa junto a ti

y sonríes por toda una historia

de vida entregada también por

accidente y casualidad.

 

El color de la flor, por Sahar Rabah

 

Rezamos para que el color de la flor

haga brotar en nosotros el sueño de cruzar

la estrecha oscuridad y colgar

nuestras ropas al sol para que se sequen

de todas las lágrimas de la guerra y correr

con el recuerdo de un niño

que perdona al país y

juega descalzo junto a los escombros

 

 


jueves, 21 de agosto de 2025

EL ÚLTIMO DÁTIL. LA HISTORIA DEL ÚLTIMO DÁTIL EN GAZA

 

LA HISTORIA DEL ÚLTIMO DÁTIL EN GAZA

 

Asem Alnabih | La Intifada Electrónica | 12 de agosto de 2025

 

El dátil pasó de un miembro de la familia del autor a otro.

 

Es sólo un dátil. Un simple trozo de fruta seca de cuatro centímetros. Pero aquí en Gaza, donde nada es fácil y todo tiene un significado, incluso un dátil se convierte en un símbolo de resistencia, sacrificio y amor.

Guardé este dátil durante seis meses. Lo había encontrado y guardado para lo que imaginaba que serían los días más oscuros: los días en los que la comida desaparecería de los estantes, en los que el hambre envolvería nuestras vidas, en los que compartir incluso una migaja se convertiría en un acto de resistencia.

 

Esos días son ahora

 

Como a muchos gazatíes, me encantan los dátiles. A mi madre también le encantan. Hace unas semanas, decidí que había llegado el momento de desprenderme de mi pequeño tesoro. Le di el dátil a mi madre. A la mañana siguiente, se lo dio a mi hermana menor, Nesma. Y luego Nesma se lo dio a nuestro sobrino Mo'men, de 2 años.

 

Un silencioso acto de amor

 

Ese único dátil, que pasó de mano en mano, se convirtió en un silencioso acto de amor en un mundo que se derrumbaba a nuestro alrededor.

Por eso, cuando mi madre le dio el dátil a Nesma, no se trataba sólo de comida. Era un gesto de confianza y esperanza: Esto es para ti, hija mía. Tú lo necesitas más que yo.

Y Nesma, a su vez, eligió dárselo a Mo'men. Nació apenas dos meses antes de que empezara la guerra y crecerá sin su padre, Moataz Rajab, asesinado durante el genocidio.

Moataz era un hombre amable y educado que obtuvo su título de posgrado en economía justo una semana antes de la guerra.

Mo'men nunca recordará la voz de su padre. Pero, en ese momento, recibió un dátil. Y con él, recibió una historia que volverá a escuchar años después.

 

Quiénes somos

 

Nadie en mi familia quería comerse el último dátil y negarle a otro su dulzura. Así somos en Gaza, no sólo supervivientes, sino donadores. Damos incluso lo poco que nos queda. No porque seamos santos, sino porque el amor y la dignidad son lo único a lo que podemos aferrarnos cuando todo lo demás nos ha sido arrebatado.

La guerra puede revelar lo peor de las personas. Aquí, en Gaza, también saca lo mejor. Nuestras calles están llenas de dolor y escombros, pero también de bondad. Pequeños gestos como pasar un dátil dicen mucho de lo que somos.

Algunos dirán que es solo un dátil. Pero yo veo en él toda la historia de Gaza: privación y generosidad, desesperación y desafío, los estrechos lazos de la familia y la negación a rendirse a la crueldad. Este dátil, guardado y compartido, es un pequeño acto de rebelión frente a un sistema que intenta despojarnos de todo, incluso del derecho a alimentar a nuestros hijos.

En Gaza hemos redefinido la riqueza. La riqueza no es lo que atesoras, sino lo que regalas, y se mide por la fuerza de los lazos que mantienen unidas a familias y vecinos. En un mundo que intenta reducirnos a estadísticas, nos hemos convertido en narradores. Un solo dátil lleva la historia del amor de una familia, la supervivencia de un niño, la ausencia de un padre y la negativa de un pueblo a dejar de ser humano.

La gente nos pregunta cómo sobrevivimos. Cómo seguimos adelante cuando las bombas siguen cayendo, cuando el hambre roe a nuestros hijos, cuando no hay certeza de que viviremos para ver el próximo amanecer. Mi respuesta es: sobrevivimos los unos por los otros. Sobrevivimos porque en Gaza nadie quiere comerse el último dátil. Y sobrevivimos porque todos soñamos con que pronto llegue un día de libertad y abundancia de dátiles.

El dátil ya no está, se lo ha comido un niño demasiado pequeño para saber lo que significa. Pero el acto permanece, como las ondas de un guijarro arrojado al agua. Es en estas ondas, en las historias que contamos, en la forma en que nos negamos a olvidar, donde Gaza sigue viva.

Asem Alnabih es ingeniero e investigador de doctorado residente en la ciudad de Gaza. Es portavoz del Ayuntamiento de Gaza y ha escrito para muchas plataformas tanto en árabe como en inglés.

Fuente: The Electronic Intifada 

 

domingo, 3 de agosto de 2025

Carta de Najat, hija de refugiados palestinos en Italia, a la senadora Liliana Segre, superviviente del Holocausto

 

Sra. Liliana Segre:

Usted está molesta porque se utiliza la palabra “genocidio” para la masacre de Gaza, como si esta palabra fuera un privilegio, una insignia de honor, o incluso una exclusividad.

Créame, los palestinos no hemos robado la palabra, ni queremos hacerlo. En todo caso, fueron quienes ustedes conocen bien quienes la hicieron a la medida de nuestro cuerpo, de nuestra firmeza y de nuestra adhesión a nuestra tierra.

Pero como usted también puede ver, ¡las letras de esta palabra están empapadas de nuestra sangre, nuestras lágrimas y nuestro dolor! En esta palabra se puede oír el eco de la explosión de casas, hospitales, iglesias, mezquitas mientras estamos condenados a oír incluso las risas de los soldados israelíes cuando bombardean indiscriminadamente y luego lo celebran como si fuera un juego para ellos. Retire la palabra «genocidio», querida señora, a cambio de devolvernos más de 30.000 vidas.


 

Recupere esta palabra y devuélvanos a Hind, la niña de sólo 7 años a la que el mundo entero oyó llorar en su coche durante días, rodeada por los cadáveres de sus familiares y los tanques israelíes.

Recupérela y devuélvanos a Yazan, de 6 años, que murió de desnutrición porque Israel bloquea el acceso de la ayuda humanitaria.

Recupérela y devuélvanos a Mohammed, de 16 años, quemado vivo.

Recupérela y devuélvanos a Mustafa, de 14 años, asesinado cuando iba a la escuela.

Recupérela y devuélvanos a Rami, de 13 años, que celebraba el Ramadán con fuegos artificiales.

Recupérela y devuélvanos a Ahmed, de 8 años, que murió sólo porque reclamaba un saco de harina.

Recupérela y devuélvanos los miembros de nuestros hijos, sus ojos, sus brazos, sus piernas e incluso su sonrisa despreocupada.

Y nosotros, querida Segre, prometemos que nunca más utilizaremos la palabra «genocidio» en nuestra lengua. Si hay algo que nos gustaría por encima de todo, es no tener que utilizar esta maldita palabra. Simplemente porque somos un pueblo que ama la vida y merece la vida...

Najat,17 de marzo de 2024


 

Esta carta abierta dirigida a la senadora vitalicia italiana Liliana Segre, superviviente del Holocausto, respondía a unas declaraciones de esta última en la que afirmaba:

"Cuando se mata de hambre a una población, existe el riesgo de llegar a lo indecible. Ver a Israel hacerlo es desgarrador. Pero el uso de ese término es complaciente. La insistencia en imponerlo a todo el mundo, principalmente a los judíos, es morbosa".

Liliana Segre, nacida en 1930 en Milán, fue expulsada de su escuela a raíz de la promulgación de las Leyes raciales italianas del régimen de Mussolini en 1938. Cuando su familia intentó refugiarse en Suiza, fueron rechazados en la frontera y, tras ser detenidos al día siguiente por la policía italiana, fueron deportados a Auschwitz. Allí encontraron la muerte su padre y sus abuelos paternos. Liliana salvó su vida realizando trabajos forzosos en una fábrica de munición dependiente de Siemens. De los 776 niños italianos menores de catorce años deportados, solo sobrevivieron 36, entre ellos Liliana. En 2018 fue nombrada senadora vitalicia por el presidente de la República italiana.

martes, 8 de julio de 2025

INFORME SOBRE LA IMPLICACIÓN DE LAS UNIVERSIDADES ISRAELÍES EN EL GENOCIDIO

 

 

«Las universidades israelíes no solo siguen participando activamente en la violencia del Estado israelí contra los palestinos, sino que también contribuyen con sus recursos, investigaciones y estudios a mantener, defender y justificar esta opresión», explicaba Maya Wind en su libro «Torres de marfil y acero: cómo las universidades israelíes niegan la libertad a los palestinos».

 

El boicot universitario es un eje central de las movilizaciones internacionales de solidaridad con Palestina. Desde el comienzo del genocidio, y mucho antes, los estudiantes y académicos piden a sus direcciones que pongan fin a los intercambios y las colaboraciones con universidades israelíes, o al menos que haya transparencia en el proceso de validación ética de los mismos.

 

En Francia, como en otros lugares, las movilizaciones estudiantiles son tan masivas como invisibles, y las reivindicaciones de los estudiantes son sistemáticamente deslegitimadas. En la Agencia de Medios de Comunicación Palestina nos ha parecido importante volver sobre los argumentos esgrimidos por los estudiantes y recopilar, a continuación, los elementos que incriminan a las universidades israelíes.

 

Desde los inicios de la colonización israelí, y de forma acelerada tras la Nakba de 1948, las universidades sionistas desarrollaron las armas de la limpieza étnica, tanto materiales como teóricas. Las universidades constituyeron un importante activo para el desarrollo de las regiones colonizadas y contribuyeron a la normalización de la ocupación israelí gracias a su implantación geográfica, que cubre todo el territorio y modifica la realidad demográfica de las regiones.

 

Esta interrelación continúa en la actualidad, ya que muchas universidades cuentan con centros de investigación estratégicos que colaboran con el Gobierno y el ejército y trabajan en el desarrollo de tecnologías y doctrinas militares que se aplican sobre el terreno. Además, los reservistas y los soldados-estudiantes representan uno de cada cinco estudiantes, lo que supone 70 000 estudiantes-soldados desplegados en Gaza.

 

Las universidades israelíes también participan en la elaboración de la retórica que acompaña a las operaciones del ejército para justificarlas ante la sociedad israelí y la comunidad internacional. Como explica Sharvit Baruch, coronel del ejército israelí e investigadora del INSS: «Para influir en las leyes de la guerra y su interpretación, es importante que Israel y el ejército israelí se impliquen en este ámbito. Debemos reforzar la colaboración con los asesores jurídicos de otros ejércitos y entablar un diálogo profesional fructífero. Debemos publicar artículos académicos [...], participar activamente en blogs y en Internet. Es importante asistir a conferencias profesionales y mantener relaciones con los investigadores que influyen en la interpretación de las leyes». Las universidades israelíes participan plena y explícitamente en la empresa genocida de Israel.

 

Detalles de la implicación de las universidades israelíes

 

A continuación, para respaldar estos argumentos, se presenta una lista no exhaustiva de las complicidades establecidas entre las universidades israelíes y los crímenes cometidos contra el pueblo palestino. En ella se recogen recursos recopilados, en particular, por las campañas «Desarmemos las universidades» y «Campaña palestina para el boicot académico y cultural a Israel»:

Universidad Bar Ilan (Ramat Gan, Tel Aviv)

 

La Universidad Bar Ilan colabora estrechamente con el Shin Bet, el famoso servicio de seguridad israelí, que ha sido condenado por el Comité de las Naciones Unidas por su uso de la tortura y otras tácticas de interrogatorio violentas e ilegales. Su centro de investigación sobre ciberseguridad, cuyos ámbitos abarcan desde la ciberseguridad y la criptografía aplicada hasta las patrullas multirrobóticas y la teledetección por satélite, está estrechamente vinculado a la oficina nacional de ciberseguridad del gabinete del primer ministro. La facultad de ingeniería de Bar Ilan ha organizado «hackatones» en colaboración con el ejército israelí y con Elbit Systems, el mayor fabricante de armas de Israel.

 

Después del 7 de octubre, la Universidad de Bar Ilan lanzó a través de su sitio web una iniciativa para apoyar el esfuerzo bélico llamada «Historias del frente en Bar Ilan», que promociona a antiguos alumnos y estudiantes comprometidos con la guerra, entre ellos Racheli Vassal, directora en Israel del «One Israel Fund», una asociación «benéfica» estadounidense que apoya financieramente a más de 500 000 colonos en Cisjordania, proporcionándoles, entre otras cosas, cascos, chalecos antibalas de cerámica, spray pimienta e incluso «kits de conversión» que transforman las pistolas en rifles.

 

En la Universidad Bar Ilan, el canal de Youtube «Faculty for Israel», creado en octubre de 2023, difunde vídeos de profesores que justifican las operaciones militares y la política gubernamental utilizando conceptos y nociones propios de sus campos de investigación.

 

La Universidad Bar Ilan creó el Colegio de Judea y Samaria, ahora Universidad de Ariel, en el asentamiento ilegal israelí de Ariel, en el Territorio Palestino Ocupado. Los asentamientos se consideran crímenes de guerra según el derecho internacional.

 

Universidad de Ariel (Cisjordania ocupada)

 

Conocido como la «capital de Samaria», el asentamiento de Ariel data de 1978, año en que se creó tras los acuerdos de Camp David entre Egipto e Israel. El asentamiento comenzó con 500 dunums (50 hectáreas) confiscados a la ciudad de Salfit y al pueblo de Marda, y más tarde se hizo con 13.775 dunums (1.400 ha), de los cuales 2.479 dunums constituían la zona edificada del asentamiento.

 

La Universidad Ariel está literalmente construida en este asentamiento ilegal israelí en tierra palestina robada en la Cisjordania ocupada. Ya es decir bastante.

 

Universidad Ben Gurion (Beer Sheva)

 

La Universidad Ben Gurión (BGU) alberga el Instituto de Seguridad Interior, que cuenta entre sus socios con las principales empresas armamentísticas israelíes y el Ministerio de Defensa israelí. Desde hace veinte años, organiza un programa de formación de pilotos de la Fuerza Aérea en colaboración con el ejército a través de un convenio de «aviación académica».

 

El ejército israelí está construyendo un campus tecnológico junto al campus de la Universidad Ben Gurión con el fin de reforzar los vínculos entre el ejército y la universidad. Como declaró un general de brigada durante la ceremonia de inauguración, este campus «reforzará las capacidades operativas del ejército».

 

En marzo de 2024, la empresa de armamento Elbit Systems abrió un laboratorio en el Parque Tecnológico Avanzado Ben-Gurion, adyacente a la universidad, y declaró que «mantiene una estrecha relación con el mundo académico que va más allá de una simple colaboración. Estamos transformando activamente la investigación universitaria en aplicaciones prácticas... los estudiantes que participan en nuestros proyectos obtienen créditos universitarios por su trabajo, lo que crea un vínculo mutuamente beneficioso».

 

La Universidad Ben Gurion también acusó públicamente a los miembros del cuerpo docente que firmaron una declaración contra el genocidio de Israel en Gaza de «manchar la reputación de la BGU».

 

Instituto Weizmann de Ciencias (Tel Aviv)

 

El Instituto Weizmann de Ciencias ofrece un programa de maestría para soldados y ha abierto una academia premilitar que preparará a los estudiantes de último año para un «servicio militar útil». El Instituto Weizmann colabora con los principales fabricantes de armas israelíes, entre ellos Elbit Systems e Israel Aerospace Industries.

 

El Instituto Weizmann ha introducido más de una docena de ventajas para los estudiantes soldados que prestan servicio en el genocidio de Israel en Gaza.

 

Universidad Hebrea de Jerusalén

 

Después de 1967, la Universidad Hebrea emprendió la ampliación de sus instalaciones en el monte Scopus, en Jerusalén Este, incluyendo dormitorios, la aldea de estudiantes y un complejo deportivo, en violación del derecho internacional. La presencia de la Universidad Hebrea estimula las actividades de los colonos en los barrios adyacentes de French Hill, Ramat Eshkol, Sheikh Jarrah y más allá. Se beneficia de las infraestructuras de los asentamientos, como las líneas de transporte y las carreteras de acceso, todas ellas situadas en territorios ocupados. En cooperación con la policía israelí, pone a disposición sus infraestructuras para vigilar a las poblaciones palestinas que viven en las proximidades, por ejemplo, cerrando la entrada sur del barrio de Al-Issawiya. Además, la Universidad Hebrea alberga una base militar en el campus para ofrecer formación universitaria a los soldados israelíes.

 

Durante el genocidio israelí en Gaza, la Universidad Hebrea se jactó de haber proporcionado «diversos equipos logísticos a varias unidades militares».

 

La Universidad Hebrea también instituyó inmediatamente un «conjunto de medidas financieras reforzadas» para los estudiantes-soldados que cometían el genocidio de Israel en Gaza, además de  ventajas académicas.

 

 

Technion (Universidad pública e instituto de investigación en ciencia y tecnología, Haifa)

 

La creación del instituto Technion en 1912 y del instituto Weizmann (el instituto Sieff) en 1934 tenía como objetivo el avance tecnológico necesario para la creación de un Estado israelí. Los institutos Weizmann y Technion participaron en la consolidación de los «cuerpos científicos» y posteriormente se convirtieron en el centro científico militar del Estado israelí, desarrollando las industrias militares israelíes (Rafael, IAI) y marcando la institucionalización de la investigación en armamento del Estado israelí. Las conmemoraciones anuales israelíes de la guerra de «independencia» reúnen a miembros de la brigada Carmeli, veteranos de 1948 y miembros del instituto Technion, lo que pone de manifiesto los vínculos históricos que mantienen.

 

Más recientemente, el Technion ha establecido numerosas asociaciones con los principales fabricantes de armas israelíes, entre ellos Elbit Systems y Rafael, y ha patrocinado becas de estudio por parte de estos. El Technion ha desarrollado un curso sobre la comercialización de la industria armamentística israelí en el mercado internacional con vistas a la exportación. El Technion también ha puesto en marcha numerosos programas universitarios conjuntos con el ejército israelí y ha desarrollado las capacidades de control remoto de la excavadora blindada Caterpillar D9 utilizada por el ejército israelí para demoler casas palestinas, lo que se considera un castigo colectivo según el derecho internacional.

 

Technion se enorgullece de un estudiante que reclutó a profesores y antiguos alumnos para crear un ejército de robots pilotados por IA «para aumentar masivamente el impacto de los esfuerzos proisraelíes en las redes sociales», impulsando la propaganda israelí para blanquear su genocidio y reprimir el discurso sobre los derechos de los palestinos.

 

Technion alberga varios centros de investigación relacionados con los objetivos militares israelíes, entre ellos: el Centro de Ciencias y Tecnologías de Seguridad (CSST) y el Instituto de Investigación Avanzada Peter Munk sobre Defensa (ADRI). La misión de estos centros de investigación es promover «el desarrollo de conceptos y tecnologías innovadores relacionados con la defensa; fomentar la colaboración entre las autoridades de defensa, las instituciones gubernamentales, la industria y los investigadores universitarios; y formar a la próxima generación de ingenieros y científicos que desempeñarán un papel destacado en el ecosistema de defensa israelí».

 

Technion recibirá el «Escudo del Ministro de Defensa» para 2025 en reconocimiento a su excepcional apoyo a los reservistas militares.

 

Universidad de Tel Aviv

 

En la Universidad de Tel Aviv se ha creado una «sala de guerra técnica» con el objetivo de apoyar a los soldados-estudiantes e «inventar soluciones a los retos [de] los combatientes en primera línea». Allí se retransmiten en directo, gracias a una cámara montada en un perro de una unidad canina, las operaciones de los soldados desplegados en Gaza.

 

La Universidad de Tel Aviv gestiona centros comunes con el ejército israelí y las industrias armamentísticas israelíes. La Universidad de Tel Aviv también alberga el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional (INSS), que se enorgullece de haber elaborado la «doctrina Dahiya», o doctrina de la fuerza desproporcionada. Adoptada por el ejército israelí, la doctrina Dahiya aboga por «la destrucción de la infraestructura nacional y el sufrimiento intenso de la población [civil]».

 

El profesor de filosofía Asa Kasher, del INSS, dirigió el equipo que redactó el código ético del ejército israelí en 1992, titulado «El espíritu del ejército israelí». Este código crea, en particular, un marco que permite justificar los asesinatos extrajudiciales, la tortura y el despliegue militar masivo contra la población civil.

 

La Universidad de Tel Aviv ha puesto en marcha un curso de hasbara (propaganda) sobre el genocidio de Israel en Gaza y ha financiado mediante crowdfunding paquetes de «cuidados» para los soldados que cometen genocidio en Gaza. También ha creado un curso académico centrado en la presentación de la guerra en curso en Gaza, que es la continuación de un grupo de trabajo iniciado por estudiantes internacionales con el fin de ayudar «al esfuerzo nacional israelí por contar al mundo la verdadera y trágica historia de esta guerra».

 

La Universidad de Tel Aviv, a través del Centro Moshe Dayan, colabora regularmente con el Shin Bet y la policía nacional israelí, recordando los objetivos del Centro Dayan, creado para servir de puente entre la división de inteligencia israelí y el mundo académico.

 

Centro Moshe Dayan

 

El Centro Moshe Dayan de Estudios sobre Oriente Medio y África, inicialmente adscrito a la Universidad Hebrea de Jerusalén y posteriormente a la Universidad de Tel Aviv, reúne al mundo académico y al Ministerio de Asuntos Exteriores del Estado israelí. Los investigadores de este centro, que invita regularmente a militares, son antiguos o actuales miembros del cuerpo de inteligencia israelí, del que forma parte, en particular, la unidad 8200.

 

Inaccesible para los ciudadanos palestinos de Israel, el centro Dayan representa una rama auxiliar del ejército y aporta su experiencia en la ocupación que sufren los palestinos. Algunos profesores han hecho carrera en el ejército israelí o en la administración de los territorios ocupados como gobernadores militares. Sus investigaciones se centran, por ejemplo, en el bloqueo del derecho al retorno de los palestinos o en herramientas sobre «cómo gestionar la ocupación militar permanente».

 

Socio del ejército, pero también del Shin Bet o del Mossad, a los que se destinan programas específicos, la producción de conocimientos se dedica por completo a apoyar la empresa colonial y la ocupación militar del Estado israelí.

 

Open University of Israel (instituto de formación a distancia, Ra'anana, Tel Aviv)

 

La Open University of Israel gestiona el programa «Academic Commandos» con el ejército israelí desde 1999, y se jacta de haber concedido «un trato preferencial a los soldados de las FDI: con la concesión de becas del 50 % a los soldados en servicio activo» y de ser «la única institución de enseñanza superior [israelí] en la que los soldados en servicio activo en las FDI pueden estudiar durante su servicio».

 

Universidad de Haifa

 

La Universidad de Haifa acoge tres colegios militares israelíes que constituyen el complejo académico militar israelí y que, según la universidad, «forman la columna vertebral de los programas de formación de la élite de las FDI».

 

La Universidad de Haifa organiza cursos en la base militar israelí de Glilot, considerada una extensión de la universidad. Ha proporcionado equipos a los soldados que cometen genocidio en Gaza y ha creado un fondo «de emergencia» para proporcionar subsidios a los estudiantes-soldados.

 

La Universidad de Haifa, a través de su centro interdisciplinario Comper para el estudio del antisemitismo y el racismo, también ha puesto en marcha un programa de «embajadores en línea» que ofrece formación teórica y práctica para desarrollar las capacidades de los estudiantes para convertirse en embajadores oficiosos y líderes de la hasbara israelí. Este mismo centro ofrece becas de investigación para el estudio de la «deslegitimación de Israel y el nuevo antisemitismo».

 

Universidad Reichman

 

La Universidad Reichman organiza conferencias anuales de alcance internacional, una organizada por el Instituto de Lucha contra el Terrorismo y otra por el Instituto de Estrategia Política de la universidad. Estas conferencias, a las que acuden cada año altos cargos políticos y militares israelíes, así como embajadores y representantes gubernamentales europeos y estadounidenses, entre otros, también cuentan con el apoyo de empresas armamentísticas israelíes y estadounidenses como Elbit, IAI, Boing, Raytheon y Lockheed Martin.

 

Ganor, presidente de la Universidad Reichman, ha sido asesor en materia de lucha contra el terrorismo de varios ministerios israelíes y del Consejo de Seguridad Nacional de Israel. En 1995, fue consultor del primer ministro Benjamin Netanyahu en la redacción de su libro «Combatir el terrorismo».

 

Act.il, una iniciativa de activismo proisraelí en línea con sede en la Universidad Reichman que surgió durante el conflicto de 2014, defiende la causa de Israel en diversas plataformas de redes sociales. Estudiantes voluntarios colaboran con el equipo de Act.il en una sala de crisis en el campus, conectando a los estudiantes con una comunidad en línea de Act.il, compuesta por activistas de todo el mundo. Comprometida con la creación de contenidos y la búsqueda de operaciones de propaganda proactiva, la hasbara se beneficia de los estudiantes extranjeros de la Universidad Reichman, procedentes de 90 países diferentes (que hablan con fluidez 30 idiomas), que dominan las redes sociales y son capaces de interactuar con un público internacional, movilizando sus esfuerzos para compartir la versión israelí de la historia en todo el mundo.

 [Fuente: https://agencemediapalestine.fr/blog/2025/06/27/toutes-impliquees-detail-de-limplication-des-universites-israeliennes-dans-le-genocide/]

sábado, 14 de junio de 2025

La revista Reflexión y Liberación se hace eco de las reiteradas e injustas detenciones administrativas de la activista palestina Khali Jarrar

 


Khali Jarrar es una líder de la sociedad palestina que vive y trabaja en la Cisjordania ocupada, en la ciudad de Ramallah. Diputada y directora de la organización de Derechos Humanos y apoyo a los prisioneros, Addameer entre 1994 y 2006. Ha sido ilegalmente detenida dos veces por la fuerzas de ocupación israelí. Está en libertad desde el 26 de septiembre de 2021.

En los territorios ocupados de Cisjordania, el Ejército israelí está autorizado a expedir una orden de detención administrativa contra civiles palestinos basándose en la Orden Militar 1651 y en la Franja de Gaza pueden emitirla según la Ley de Combatientes Ilegales. Esta orden otorga el poder a los comandantes militares para detener a un individuo por un período de seis meses, que se puede renovar indefinidamente si existen ‘motivos suficientes para presuponer que la seguridad del área y la seguridad pública requieren la detención’. En el día en el que la orden expira o justo antes de que lo haga, frecuentemente se renueva. Este proceso -a todas luces ilegal- puede continuar indefinidamente.

La práctica de detención arbitraria es una grave violación de la legislación internacional y de los estándares de Derechos Humanos, particularmente de los artículos 78 y 72 de la Cuarta Convención de Ginebra según la cual un individuo acusado tiene el derecho a una legítima defensa. Esta acción ilegítima viola también el artículo 66 de la Cuarta Convención de Ginebra sobre los estándares básicos a un juicio justo.

Khali Jarrar tuvo dos hijas, Yafa (31 años) y Suha (27 años). El 11 de julio de 2021, la hija pequeña de Khalida, Suha Jarrar, fue encontrada inesperadamente muerta en su apartamento de Ramallah. A consecuencia de esta tragedia, se presentaron varios recursos en los Servicios Penitenciarios Israelíes (IPS) para conseguir que Khali pudiera asistir al funeral de su hija, con un permiso de libertad temporal. La alegación para el permiso se justificaba por motivos humanitarios. Sin embargo, los IPS negaron rotundamente todas las solicitudes, calificando a Khali como una ‘amenaza para la seguridad,’ debido a su papel de liderazgo, tanto dentro como fuera de la cárcel; dichos argumentos justificaron la inadmisión de toda consideración humanitaria posible para su liberación temporal. La negación de la libertad de Khali en esos momentos para acompañar el duelo de la repentina muerte de su hija y ejercer su derecho a participar en su funeral, evidencian la violación de la dignidad humana protegida por el derecho internacional.

Khali, después de sus detenciones y aislamientos carcelarios por meses, sufre infartos isquémicos múltiples e hipercolesterolemia y ha sido ingresada en el Hospital debido a una epistaxis, durante la cual ha sido tratada clínicamente para detener el sangrado continuo. Su estado de salud es de permanente monitoreo y severos cuidados.

La situación médica de Khali -como la de cientos de ex prisioneras y prisioneros políticos- es una llamada de solidaridad para todas y todos los Parlamentarios y Parlamentarias de todo el mundo para que alcen sus voces contra las injusticias y permanentes violaciones a los derechos humanos por parte de Israel y, para hacer un llamado internacional a que se detenga la violenta ofensiva militar israelí que detiene, encarcela, tortura y mata a mujeres, hombres y niños palestinos en total impunidad.

Hoy como ayer, recordamos las valientes palabras de Khali que son todo un ejemplo de dignidad y amor a su Patria Palestina.

“Sencillamente te voy a decir que los palestinos somos un pueblo bajo ocupación. Y resistimos a esa ocupación como lo hacen todos los pueblos del mundo. Nosotros luchamos por la libertad y la autodeterminación y vamos a vencer. La cuestión internacional, la solidaridad internacional con Palestina está creciendo en el mundo. Porque la defensa de la causa Palestina está ligada a los valores más altos de la humanidad“…

Consejo Editorial de revista ‘Reflexión y Liberación’.

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