Comunicado de Publishers for Palestine
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Desde la ola de condenas desatada el pasado mes de octubre por la cancelación de una ceremonia de entrega de premios a la escritora palestina Adania Shibli*, que iba a recibir el premio LiBeratur en la Feria del Libro de Frankfurt, el intento de silenciar a los palestinos y el apoyo a la la causa palestina por parte de las instituciones culturales occidentales no ha hecho más que crecer. Al mismo tiempo, también se ha intensificado a gran escala la investigación de la complicidad institucional con el apartheid y el genocidio israelíes. El movimiento BDS ha logrado importantes victorias, incluida la desinversión de universidades y empresas, y el Festival Hay-on-Wye 2024 y el Festival Internacional del Libro de Edimburgo anunciaron recientemente que pondrían fin a su colaboración con la empresa de inversiones Baillie Gifford, cómplice de la destrucción del clima, del apartheid y del genocidio israelíes. La ruptura por parte de Baillie Gifford de sus relaciones de financiación con todos los festivales literarios del Reino Unido y la retirada de su participación en la multinacional minera Rio Tinto, así como la reducción a la mitad de la participación de Scotiabank, el principal patrocinador artístico canadiense, en el fabricante de armas israelí Elbit Systems, son indicios de un cambio y de una brecha significativa entre las grandes empresas e instituciones culturales, por un lado, y sus trabajadores, sus audiencias y el público en general, por el otro. Las principales organizaciones internacionales de derechos humanos siguen haciendo sonar la alarma sobre las horribles y crecientes violaciones de derechos humanos cometidas por Israel contra millones de palestinos. Muchas de ellas fueron descritas en la denuncia presentada en diciembre ante el Tribunal Internacional de Justicia por Sudáfrica contra Israel por crimen de genocidio. A pesar del fallo de enero de este Tribunal de que Israel probablemente estaba cometiendo genocidio, sus fallos posteriores de que Israel debe autorizar la entrega de ayuda humanitaria y poner fin a las operaciones militares en Rafah, y la presentación por parte del Tribunal Internacional de Justicia de solicitudes de órdenes de arresto contra altos funcionarios israelíes, así como los levantamientos masivos de estudiantes y trabajadores a favor de la liberación de los palestinos y el fin de la complicidad con Israel en todo el mundo, la campaña genocida de Israel contra el pueblo palestino en Gaza continúa sin control por parte de sus principales partidarios, los EE.UU. y otras potencias coloniales occidentales.
A los escritores y editores les preocupa especialmente que la Feria del Libro de Frankfurt (FBM), el evento de la industria del libro más grande del mundo, siempre haya acogido calurosamente la presencia del Israel del apartheid. Podría pensarse que, ante las acciones de Israel y la creciente indignación internacional, instituciones culturales como la FBM retirarían su apoyo, condenarían a Israel por sus violaciones y romperían relaciones. Sin embargo, la posición inicial de la Feria del Libro de Frankfurt, que apoyó firmemente a Israel durante su celebración en octubre pasado --posición que se reflejó en declaraciones en nombre de la Feria y de su director general, Jurgen Boos, y a través de planes para hacer que las voces israelíes fueran "especialmente visibles” mediante una programación especial, incluido un panel titulado “In Sorge um Israel” [Preocupados por Israel]-– no ha cambiado hasta el día de hoy, y la FBM ha mantenido en los meses siguientes un silencio ensordecedor sobre el genocidio en curso.
Ese apoyo expreso y tácito contrasta marcadamente con las prohibiciones nacionales emitidas por la FBM, incluida la prohibición permanente impuesta a Rusia desde 2022, invocando la “violación del derecho internacional” tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Un boletín informativo de la FBM distribuido el 24 de abril contiene un artículo titulado “Mercado del libro en Ucrania: bibliotecas en ruinas y nuevas librerías”, que dice: “Hay una pregunta que se hace regularmente a los editores en eventos internacionales y conversaciones privadas: ¿cómo se las arregla para continuar trabajando durante la guerra?". Sin embargo, la FBM no hace ninguna mención de Gaza, donde escritores, académicos, editores, bibliotecas, universidades e impresores fueron atacados mucho antes del 7 de octubre y han sido brutalmente atacados en los meses posteriores para eliminarlos. Esta destrucción del saber ha sido ampliamente documentada en un informe detallado de Bibliotecarios y Archiveros con Palestina. Posteriormente, las Naciones Unidas han informado de un “escolasticidio” en Gaza. Todas las universidades de Gaza han sido destruidas. El hecho de que la FBM no haya anunciado todavía una prohibición a Israel similar a la impuesta a Rusia, ni haya expresado ni siquiera un atisbo de preocupación por la violación de las leyes internacionales por parte de Israel, pone de relieve una incongruencia ya existente. Sin embargo, la complicidad de la Feria del Libro de Frankfurt va más allá de su mensaje público y solo puede entenderse a través de sus estrechas relaciones con el gobierno alemán y dos imperios editoriales alemanes, convertidos en multinacionales multimillonarias: Holtzbrinck Publishing Group y Bertelsmann SE & Co. KGaA. Primero debemos poner de relieve la importancia de la esfera cultural israelí --incluido el mundo de la edición y la literatura-- en el mantenimiento del apartheid israelí. El hecho de que el Estado israelí dependa en gran medida de su cómplice sector cultural y colabore estrechamente con él para blanquear su imagen se hizo público cuando Nissim Ben-Sheetrit, ex director general adjunto de Brand Israel, admitió abiertamente no diferenciar "entre la hasbara [propaganda] y la cultura”. El nuevo libro de Maya Wind, Torres de marfil y acero: cómo las universidades israelíes niegan la libertad palestina, detalla el papel de las universidades, en particular su papel en esta no diferenciación, esta colaboración y esta complicidad. Según Naomi Klein, la investigación de Maya Wind "revela innumerables formas en que las instituciones educativas más famosas y reconocidas del país están totalmente implicadas en la violenta máquina de desposesión, ocupación, encarcelamiento, vigilancia, asedio y bombardeo militar de los palestinos. Esta integración de las artes y la cultura en los objetivos del Estado israelí ha sido cuestionada durante mucho tiempo por la Campaña Palestina por el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI), miembro fundador del movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) liderado por los palestinos. Lanzada hace veinte años, la PACBI hizo un llamamiento al resto del mundo para que cesara toda colaboración con instituciones culturales y universitarias israelíes cómplices. Para quedar fuera del llamamiento al boicot de la PACBI, una institución debe hacer dos cosas: distanciarse del genocidio israelí y del régimen colonial de apartheid subyacente, y respaldar todos los derechos del pueblo palestino según el derecho internacional, incluido el derecho al retorno de los refugiados palestinos.
La feria del libro más grande del mundo y el clima de censura en Alemania
El programa de la Feria del Libro de Frankfurt 2024 se hará público este mes [país anfitrión: Italia]. Antes de su publicación, la censura internacional y la preocupación han seguido creciendo debido a la restricción de los derechos civiles por parte del gobierno alemán, que está utilizando tácticas represivas para silenciar la solidaridad con Palestina. En los últimos meses, estas tácticas han incluido irrumpir y clausurar violentamente el Congreso Palestino en Berlín, así como prohibir al cirujano palestino-británico y rector de la Universidad de Glasgow, Dr. Ghassan Abu-Sittah, ingresar a Alemania y asistir al Congreso (no solo en persona, sino también en línea) . Cuando intentó entrar en Francia en mayo para hablar ante el Parlamento francés sobre su experiencia en Gaza, Abu-Sittah descubrió que Alemania había llegado al extremo de implementar en su contra una prohibición de viajar durante un año por toda Europa.
Más recientemente, Alemania aprobó una ley que exige que los solicitantes de ciudadanía afirmen el “derecho a existir” de Israel, un régimen de apartheid de 76 años contra el pueblo palestino, en lugar de cumplir con sus obligaciones de poner fin a su complicidad con este régimen.
Detrás de esta práctica estatal de censura extrema se esconde el enorme apoyo militar y diplomático de Alemania a Israel. Alemania suministra casi la mitad de las armas que se entregan actualmente a Israel (en segundo lugar después de Estados Unidos) y es su principal socio comercial en Europa y su cuarto socio exportador en la región.
La industria editorial alemana es una de las más grandes del mundo, con un valor de 11.400 millones de dólares en 2022; Las ventas de libros en Alemania son enormes, solo por detrás de Estados Unidos y China. La explotación de las publicaciones por parte del gobierno nazi para su propaganda constituye un oscuro precedente histórico. Pero hoy en día es difícil hablar de una relación de plena competencia. En un ejemplo reciente, la Comisión de Monopolios presionó para que se eliminara la política de precio fijo de los libros, diseñada para proteger los libros como objetos culturales, calificando la ley de “molestia regulatoria de primer orden”. Tal supresión plantearía serios problemas a los pequeños editores y libreros e inevitablemente reduciría la presencia de voces progresistas en el clima cultural ya muy controlado de Alemania. Pero los objetivos de la Comisión en términos de economía de mercado son claros: “el interés cultural y político de la legislación nacional sobre los libros debe tener en cuenta la importancia de una competencia no distorsionada”.
Única por su estructura y su tamaño, la Feria del Libro de Frankfurt acoge cada año a 9.000 expositores y su muy completa programación está dirigida tanto al público como a la industria. La FBM es una filial de la Börsenverein des deutschen Buchhandels, la asociación alemana que supervisa todos los sectores del comercio del libro, incluyendo la edición, la producción, la venta al por mayor y la distribución, y que también se ocupa del lobby político. La FBM mantiene relaciones con los gobiernos locales, regionales y federal y está profundamente vinculada con el Estado alemán. La financiación proviene del gobierno alemán, incluido el Ministerio Federal de Asuntos Exteriores, así como de los contratos e inscripciones de los expositores y los participantes de todo el mundo.
La feria se celebra cada año durante el mes de octubre en Messe Frankfurt, un enorme centro de exposiciones y conferencias situado en el centro de la ciudad. El centro de exposiciones, junto con otras instalaciones físicas, instalaciones de telecomunicaciones y una red internacional de salas de conferencias anejas es propiedad de Messe Frankfurt GmbH y está gestionado por ella. La ciudad de Frankfurt posee una participación del 60% y el Estado federado de Hesse, un 40%. En marzo de 2023, cuando la ciudad de Frankfurt canceló un concierto de Roger Waters debido a su apoyo a Palestina, la ciudad fue citada en la decisión "como accionista de Messe Frankfurt GmbH".
Messe Frankfurt, una gran multinacional, tiene una filial israelí y contratos de convenciones en todo el mundo, incluido Intersec, una "feria de seguridad nacional, servicios de emergencia, vigilancia y cibernética" que presentó drones, vigilancia y tecnología militar israelíes. Se espera que la edición de 2025 de Intersec incluya un taller contra drones con un excontratista del Tsahal [las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI)] y una empresa israelí de vigilancia digital. Como explica Antony Loewenstein en The Palestine Laboratory: How Israel Exports the Technology of Occupation Around the World, las industrias israelíes de tecnología y vigilancia se están desarrollando y utilizando de manera agresiva contra las vidas de los palestinos, constituyendo así campos de prueba para planes de brutal expansión militar en otros lugares. La Feria de Frankfurt también fue sede del Congreso Alemán de Israel, inaugurado en 2010 y descrito como “el evento pro-israelí más grande de Europa”. Su objetivo, como afirma el informe de la Feria de Frankfurt de 2018, es “fortalecer las relaciones bilaterales entre Israel y Alemania a todos los niveles”.
Aunque la participación de editores israelíes en la Feria del Libro de Frankfurt parece haber disminuido en los últimos años, en 2004, veinticuatro editoriales aparecieron en el pabellón nacional israelí bajo la coordinación del Ministerio de Asuntos Exteriores y el Instituto Israelí de Exportación y Cooperación Internacional, junto con una exposición especial diseñada para celebrar los 40 años de relaciones diplomáticas germano-israelíes. Entre los “editores” se encontraban think tanks israelíes, así como el Ministerio de Defensa israelí. En 2018, acudió la editorial Lavi P. Enterprises Ltd., cuyo fundador Pierre H. Lavi (nacido en Teherán en 1963) es un exoficial de inteligencia del Tsahal. Una foto publicada por Deborah Feldman, autora de Unorthodox, un libro adaptado en una popular serie de Netflix lanzada en 2020, ha atraído mucha atención en línea. La foto mostraba una sección de la librería PowerHouse de Brooklyn dedicada a Israel y Palestina. Comentario de Feldman que acompaña a la foto: "Esta sección podría hacer que se cerrara una librería en Alemania".
Inversiones masivas de multinacionales editoriales alemanas en tecnología israelí
En el mundo editorial, al margen de la Feria del Libro de Frankfurt, dos de las “cinco grandes” editoriales, Macmillan Publishers y Penguin Random House, pertenecen respectivamente a las multinacionales alemanas Holtzbrinck Publishing Group y Bertelsmann SE & Co KGaA, antes mencionadas.
Holtzbrinck, propietario de Macmillan y de numerosas editoriales en todo el mundo, incluidas Scientific American, Springer y el semanario nacional alemán Die Zeit, posee 3.810 millones de dólares en activos en todo el mundo, declaró ventas por valor de 4.140 millones de dólares en 2022, posee 400 empresas en todo el mundo y al menos nueve grandes carteras de inversión que incluyen inversiones multimillonarias en tecnologías israelíes, inteligencia artificial, tecnologías de vigilancia y seguridad, incluidas adquisiciones recientes de empresas a través de b2venture e Insight Partners.
Georg von Holtzbrinck (1909-1983), tarjeta de miembro del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP) n.º 2.126.353, expedida el 1 de mayo de 1933. Holtzbrinck organiza el desayuno del Foro Internacional del Libro de Jerusalén en la Feria del Libro de Frankfurt, un evento anual de larga duración en la FBM, y ha sido el patrocinador principal del Zev Birger Editorial Fellowship program del Jerusalem International Book Forum (JIBF) desde 1985, cuando ayudó a establecer el programa. Holtzbrinck es donante del Museum on the Line, "un museo israelí situado en la división este-oeste de Jerusalén" que reivindica el estatus de "primer museo sociopolítico de Israel para el arte contemporáneo, que promueve la igualdad, los derechos del hombre y la diversidad"[**]. La Feria Internacional del Libro de Jerusalén, un evento que antes fue público y ahora se ha centrado en la industria, canceló su edición de 2024, anunciando que regresaría en 2025, con una referencia indirecta a "la situación actual en Israel y la región". El apoyo de Holtzbrinck a las empresas israelíes de nueva creación va más allá del aspecto financiero y se extiende al alcance de sus publicaciones. One Investment Portfolio se jacta: "Además de con recursos financieros, apoyamos a las empresas de nuestra cartera con experiencia en gestión y una red internacional de inversores", y continúa describiendo un "programa exclusivo de inversión de capital en medios [que] ofrece acceso a marcas sólidas como como Handelsblatt [periódico económico], Wirtschaftswoche [semanario económico], Die Zeit y Apotheken Umschau [revista popular sobre salud] y, por tanto, una enorme difusión en los respectivos grupos destinatarios”.
Bertelsmann, uno de los conglomerados de medios más grandes del mundo, que declaró un beneficio récord de 32.800 millones de euros en 2022, es propietario de Penguin Random House y de empresas que incluyen el conglomerado internacional de medios RTL Group, el sello musical y editor BMG, el grupo financiero e informático Arvato. así como varios subgrupos de Bertelsmann en los campos de la educación, la imprenta y la radiodifusión. En lo que parece ser un contexto de leyes antimonopolio laxistas, el modelo editorial de Bertelsmann ha abarcado durante mucho tiempo todos los sectores del mercado del libro, con participación no solo en la edición, sino también en la distribución, venta de libros e impresión en Alemania. En 2000, el ex director general de Bertelsmann, Thomas Middlehoff, fue citado en el New York Times enfatizando la importancia de la empresa para la Feria del Libro de Frankfurt: "Sabes", dijo, "es realmente mi feria... Es la feria del libro de Bertelsmann".
Al igual que sucede con Holtzbrinck, la expansión mundial de Bertelsmann se extiende mucho más allá de sus orígenes editoriales, con carteras de inversión millonarias en todo el mundo, que también incluyen inversiones considerables en tecnología israelí, inteligencia artificial, vigilancia y tecnologías de seguridad.
Bertelsmann es responsable de un “intercambio germano-israelí de jóvenes líderes”. En la cobertura de una velada de presentación de 2019, el sitio web de Bertelsmann explica cómo "los empresarios israelíes podrían aprovechar las capacidades de Alemania en inteligencia de procesos y planificación" y destaca cómo las relaciones germano-israelíes se beneficiarían de ello. Otro informe de Bertelsmann examina la capacidad de Renania del Norte-Westfalia para colaborar con Israel en los ámbitos de la ciberseguridad y la inteligencia: “En el caso específico de Renania del Norte-Westfalia, las posibles sinergias con el mercado israelí surgen del alto grado de complementariedad entre los dos ecosistemas".
Otro informe de Bertelsmann titulado “Innovación alemana e israelí: lo mejor de ambos mundos” analiza el apoyo y la colaboración entre las Fuerzas de Defensa de Israel y los servicios de inteligencia israelíes. Destaca la importancia de las FDI para el sector de alta tecnología y la utilidad del servicio militar obligatorio para el sector a través de "programas de élite que producen empresarios que se mantienen en contacto a través de programas de exalumnos", conecta a las comunidades académicas y científicas con estos proyectos y, además, destaca la importancia de recopilar y descifrar datos de la Inteligencia de Israel para "empresas de datos o empresas cibernéticas que disfrutan de una excelente reputación en el mercado".
El documento también analiza las oficinas de transferencia de tecnología que fueron establecidas con el objetivo explícito de comercializar el conocimiento generado por las universidades públicas, y describe la estructura de ganancias de Israel, que integra "fuerzas armadas, universidades en colaboración con oficinas de transferencia de tecnología, autoridades gubernamentales, sucursales multinacionales y laboratorios de I+D, fondos de capital riesgo, incubadoras y aceleradores”, como un “ecosistema de innovación” deseable.
Hasta el día de hoy sigue publicada una declaración en el sitio web de Bertelsmann del 23 de octubre de 2023, que destaca la base económica de la relación de la empresa con Israel:
“Estamos firmemente al lado de nuestros amigos y socios israelíes y del Estado de Israel. A lo largo de las décadas, Bertelsmann e Israel han desarrollado vínculos de amistad estrechos y extremadamente estables. Esta amistad se extiende desde el compromiso de la familia Mohn, accionistas, con los proyectos de la Fundación Bertelsmann, incluidas las actividades e inversiones de Bertelsmann en Israel. Nuestra solidaridad sin reservas va para el pueblo de Israel”.
Ayer beneficiarios del nazismo, hoy cómplices de Israel
También merecen atención las raíces históricas de Holtzbrinck y Bertelsmann. A pesar de los esfuerzos anteriores por restar importancia a sus vínculos con la Alemania nazi, a finales de la década de 1990 y principios de la de 2000 se reveló que ambas compañías habían construido explícitamente sus imperios editoriales gracias a la colaboración y el oportunismo con el Estado nazi. Según artículos de Vanity Fair, Irish Times y Radio Free Europe, el imperio editorial Holtzbrinck --que entonces abarcaba Macmillan y numerosas editoriales, entre ellas St. Martins, Picador y Fischer Verlag, Die Zeit, y que difundía muchas de las publicaciones más conocidas de autores de lengua inglesa-- fue "construido sobre el nazismo". En el momento en que se publicaron estos artículos, Bertelsmann acababa de tomar el control de Random House, que incluía a Knopff y sus filiales, y ya había adquirido Bantam, Doubleday, Delacourt y muchas otras.
En lo que David Margolick considera en su artículo de Vanity Fair un “giro del destino”, Teddy Kollek, a quien se refiere como “uno de los grandes héroes del sionismo”, había “dado regularmente testimonio del carácter” del fundador Georg von Holtzbrinck, a quien se refería como "ese exnazi".
Ronald Eggleston desarrolló esta historia en su artículo de 2002 para Radio Free Europe ["Alemania: Las editoriales examinan su pasado y no les gusta lo que encuentran"]. Georg von Holtzbrinck se unió al Partido Nazi en 1933 y permaneció leal al Tercer Reich durante toda su duración. Eggleston también señala que "von Holtzbrinck, después de la Segunda Guerra Mundial, gozó de la reputación de un amigo de Israel que cultivó el apoyo de los dirigentes judíos y proporcionó apoyo financiero y de otro tipo a muchas instituciones de Jerusalén".
Los libros de campaña de Bertelsmann: el mayor regalo para nuestros soldados. Cada volumen 1,50 Reichsmark, expedición de campaña 1,60. Josef Grabler, Con bombas y ametralladoras en Polonia, edición popular RM2,85. Un libro reeditado sin complejos en 2022 por epubli.
Eggleston describe cómo Bertelsmann “usó sus vínculos con el régimen nazi para pasar de ser un editor provincial de libros religiosos luteranos a un editor de masas”. El presidente de Bertelsmann, Heinrich Mohn, "era miembro de un grupo que apoyaba a la policía especial nazi de las SS con donaciones mensuales y también ayudaba a otras causas nazis". Según Eggleston, Bertelsmann construyó su imperio sobre la base de la propaganda nazi y publicó 19 millones de libros de "literatura heroica y escapista para soldados nazis". Bertelsmann era el mayor proveedor de libros del ejército alemán, incluidos títulos "plagados de temas antisemitas". Una comisión que investiga los orígenes nazis de Bertelsmann también descubrió que la empresa utilizó trabajos forzosos en una imprenta en Lituania utilizada para algunas de sus publicaciones. La comisión concluyó que "durante el Tercer Reich, Bertelsmann siguió siendo una empresa comercial cuyas decisiones editoriales se basaban en el volumen de negocios, los beneficios, las inversiones y otros datos fiscales".
La idea de que las decisiones de Bertelsmann o Holtzbrinck estuvieron motivadas por razones económicas más que ideológicas debería, en lugar de absolver sus malas prácticas, llamar nuestra atención sobre la cuestión de por qué esas motivaciones deberían parecer menos horrendas si el resultado final es la deshumanización y el genocidio de un pueblo --en el pasado o en el presente--. También deberíamos analizar nuestro apoyo colectivo en el presente, en la industria del libro y en general, no solo a la complicidad de instituciones como la Feria del Libro de Frankfurt, sino también al sistema económico que facilita tales relaciones y allana permanentemente el camino a la deshumanización con fines de lucro.
* Según la asociación LitProm e.V., “Debido a la guerra iniciada por Hamás, que sufre millones de personas en Israel y Palestina, el organizador Litprom e.V. ha decidido cancelar la ceremonia de entrega de premios LiBeratur prevista para la Feria del Libro de Frankfurt. Litprom busca un lugar adecuado para celebrar el evento en una fecha posterior. En ningún momento se cuestionó la concesión del premio a Adania Shibli”.
** Situado en la línea divisoria entre Jerusalén Este y Oeste, el edificio fue construido por el arquitecto Andoni Baramki en un terreno vendido por la familia Turjman en la década de 1930. Los sionistas se apoderaron ilegalmente de la propiedad en 1948 y la utilizaron como puesto de observación militar hasta la guerra de 1967 y posteriormente como comisaría de policía. Los legítimos propietarios han intentado en vano recuperar sus terrenos y edificios por vías legales. El edificio, que se convirtió en el "Museo Postal de Turjman", fue inaugurado por Teddy Kollek en 1983. Su principal mecenas, Georg von Holtzbrinck, murió en Alemania el mismo día de la inauguración y Kollek (nacido en Viena) le rindió homenaje en alemán, expresándose públicamente en ese idioma por primera vez. Renombrado Museo de la Línea en 1999 [la Línea es la línea de demarcación establecida tras el armisticio firmado en 1949 al finalizar la guerra árabe-israelí de 1948], contó con el patrocinio de la familia Holtzbrinck hasta 2015.